«Es difícil atajar las fugas porque funcionan casi como una familia»
La fiscal de menores de Valencia, Consuelo Benavente, señala que «son centros de acogida. No podemos ponerles un guardia al lado»
La fiscal de menores de Valencia, Consuelo Benavente, es clara. «Es muy difícil atajar las fugas de los centros«, aclaró y la razón no ... es otra que »funcionan casi como una familia«. Así de clara se mostró Benavente para explicar lo que está sucediendo en estos centros donde las escapadas de los internos.
Consuelo Benavente señaló que se trata de centros de acogida donde se funciona de forma similar a una familia. Allí los menores salen para ir al instituto o alguna actividad prevista. «No han cometido ningún delito», apunta la fiscal por lo que «no podemos ponerles un vigilante armado junto a ellos».
Si no regresan de la actividad al centro poco se puede hacer. Según la fiscal, lo máximo en manos de los educadores es imponerle un pequeño castigo o quitarles algún privilegio como prohibirles salir el fin de semana o algo parecido. «Es como en una familia. Si un hijo no vuelve o lo hace tarde, poco se puede hacer», explicó.
Sí que añadió que en el 90% de los casos «no es que los menores se escapen de un centro por la noche evadiendo la vigilancia. Sencillamente no regresan». apuntó Benavente que añadió que en algunos casos sí que se han producido fugas. Pero en nueve de cada diez casos de escapadas son de residentes que han decidido no volver después de una salida programada. «Durante el día es posible desaparecer», afirmó la fiscal de menores.
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En este sentido, señaló que en el caso de Gandia no parece que se le puede culpar al centro porque tiene poco margen de maniobra para actuar. Sí que precisó que estas entidades deben avisar a la policía cuando uno de los residentes no regresa a las instalaciones.
Otro caso distinto son los centros de reeducación donde los menores acuden con una orden judicial. Allí sí que hay más vigilancia y si el menor desaparece está incumpliendo una orden judicial y puede estar cometiendo un delito. «Ahí sí que se requiere una detención», puntualizó Benavente.
La fiscal de menores añadió que encontrar una solución a las fugas es una cuestión complicada. «Si en un centro se producen muchas a lo mejor se podría poner a un educador más. Pero no es sencillo. No puedo decir si necesitan más personal», aclaró la fiscal de Valencia. «Los menores tienen derecho a salir de las instalaciones. No se les puede prohibir», precisó.
LAS CLAVES
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Situación. La fiscal relata que se trata de unos centros que funcionan con un régimen abierto.
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Sanciones. Si un menor desaparece sólo se le puede poner algún castigo menor como quitarle algún privilegio.
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Normativa. Cada uno de estas dependencias tienen unas reglas internas por las que se rigen.
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Educadores. Son los que se encargan del funcionamiento de estas instalaciones y de estar con los internos.
También puntualizó que estos centros de menores tienen su propia normativa y reglas internas que hay que cumplir como es el caso de un horario para comidas y otras actividades. «No tienen rejas ni cerraduras», precisó.
«A lo mejor sería necesario mejorar algo. Pero habría que estudiar caso a caso. Mejorable es todo», recalcó Benavente que recordó que la situación de estos jóvenes no es nada sencillo, «es muy triste». «Hablamos de adolescentes con una situación familiar complicada», puntualizó.
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