La dana se deja notar en los resultados de selectividad valenciana

La principal conclusión es que aumenta el porcentaje de alumnos suspendidos, es decir, que no llegaron al cinco en la fase obligatoria, parámetro que se puede extraer del referido a los estudiantes aptos, que es el que facilita el documento. Por contra, la nota media se ha mantenido prácticamente invariable y sube ligeramente la calificación del expediente de Bachillerato, que sale del promedio de asignaturas en 1º y 2º y que depende exclusivamente de los centros de origen.

Para realizar el análisis se ha tomado como referencia un listado compuesto de cuarenta escuelas públicas, concertadas y privadas que sufrieron algún tipo de daño. Como fuentes, se han empleado las circulares que en las semanas posteriores emitió la Conselleria de Educación. Había centros con afección mínima -abrieron en días- y también severa, permaneciendo cerrados incluso hasta poco antes de Navidad, si bien es cierto que los estudiantes de 2º tuvieron atención online o fueron desplazados temporalmente. También se han tenido en cuenta los que quedaron destruidos (en todos los casos el estudiantado fue trasladado), los de todos los municipios que suspendieron las clases durante la primera semana de noviembre (aunque no resultaran afectados, resultaba complicado o imposible desplazarse por las calles) y los concertados que recibieron ayudas para la reconstrucción.

La comparación se ha realizado con las calificaciones obtenidas en la convocatoria ordinaria de junio de 2019, la última que se puede considerar más o menos equivalente a la actual, sin el modelo de máxima optatividad. De haberlo hecho con las últimas ediciones el bajón habría sido mucho más acusado, aunque sesgado, pues cabe recordar que esta facilidad en la elección de los ejercicios dejó, entre 2020 y 2024, las calificaciones más altas desde que llegó el modelo actual.

Además, los resultados globales de la Comunitat de las dos ediciones seleccionadas fueron bastante parecidos (95,89% de aprobados y 6,41 de nota media ahora y 96,63% y 6,29, respectivamente, entonces).

En cuanto a los aptos, el promedio que arrojan los resultados de los cuarenta centros se sitúa en el 93,72%, mientras que hace siete años fue del 96,4% (-2,68%). Veintitrés escuelas bajan su porcentaje, por lo que hay más suspensos -en dos la diferencia supera el 20%-, en tres el valor es exactamente el mismo y en 14 se produce un incremento, de hasta un 18% en el mejor de los casos. Nótese que además la media en 2025 ha sido inferior a la registrada por todos los centros de la Comunitat (93,72%-95,89%), mientras en 2019 la diferencia fue de apenas dos décimas (96,4%-96,63%).

 

Por contra, la diferencia es prácticamente inapreciable en la calificación de la fase obligatoria. En los centros afectados se ha situado en 6,15 puntos sobre diez, dato que hace siete años se quedó en el 6,16 (-0,01). También son más discretos, en ambos casos, que el global de la Comunitat registrado en ambas ediciones. Y sucede lo contrario con el expediente de Bachillerato: 7,82 sobre diez en la pasada convocatoria y 7,7 en la de 2019 (+0,12).

Los informes también permiten inferir que la mayoría del alumnado de centros afectados por las riadas optó por consumir su convocatoria ordinaria en junio, pues sólo de los 40 centros se presentaron 1.431 estudiantes. Por contra, la retrasaron a principios de julio 471, según los datos de Educación.

El análisis es provisional por dos motivos. Para tener la foto fija de la convocatoria de 2025 habrá que esperar a los resultados globales -y compararlos con los de 2019-, una información que llegará en septiembre y que suma todos los presentados (junio y las dos previstas para julio, la de ahora y la de finales de mes). Y no se puede olvidar que la flexibilidad sobre a qué convocatoria presentarse también estaba disponible para alumnos empadronados en municipios afectados pero estudiaban en localidades que no sufrieron las riadas.