Sin cámaras de seguridad ni despachos de investigación

valencia. La memoria de la fiscalía de la Comunitat también sirve para hacer un repaso de las deficiencias que existen en materia de medios e instalaciones por parte de los fiscales. Aunque el informe también subraya las notables mejoras emprendidas en las sedes de la fiscalía en Valencia o Castellón, con notables ampliaciones de espacio, la memoria repasa especialmente las necesidades en muchos puntos. La falta de funcionamiento de las cámaras de vigilancia en la sede de Vinaròs es uno de los ejemplos. Aunque la más repetida es la carencia de despachos individuales para la gran mayoría de fiscales. Es un problema que se da en Torrevieja, Benidorm/Dénia, Elche/Orihuela o Alzira.

Dos detalles llaman poderosamente la atención y parecen casi irónicos en la memoria. Que se destaque como un 'avance' la colocación de «impresoras capaces de imprimir a doble cara» en 2015 en Valencia. O que no fuera hasta 2017 cuando los fiscales de Valencia contaron con teléfonos en los que apareciera la identificación de llamadas recibidas, avances básicos pero con los que cuenta el ministerio público desde hace tan sólo unos pocos años.

La carencia de más fiscales en municipios pequeños es otra de las carencias clásicas que sigue sin ser resuelta en no pocos territorios de la región.