Bugarra, el pueblo que lucha por recuperar su playa en el Turia
La reconstrucción avanza lenta a la espera de las obras en el río, el camping, el restaurante y la culminación de los caminos en el municipio
Gracias a Dios no hubo víctimas, rescatamos a personas de una zona de descanso pero no tenemos que lamentar muertes». Es la primera reflexión que ... hace Teresa Cervera, alcaldesa de Bugarra, sobre lo ocurrido en la dana el pasado 29 de octubre. Eso sí, los daños materiales fueron tremendos.
Al municipio lo bordea por uno de los lados el río Turia, atractivo turístico de primer nivel al contar con hasta una playa fluvial, borrada del mapa por las inundaciones. Es uno de los caballos de batalla del Ayuntamiento, conseguir que vuelva a estar en las mismas condiciones que antes.
Para ello, necesita algo más que el compromiso de la Confederación Hidrográfica del Júcar de que no se ha cerrado en banda a un dragado del fondo. «Necesitamos la limpieza de todo el fondo porque está lleno de arrastres por las inundaciones. No sólo árboles, también hay riesgo de que haya azulejos, hierros o cualquier otro residuo», dice Cervera.
El campo de fútbol, la playa fluvial, el restaurante, la piscina municipal, el camping, el lavadero, todos y cada uno de los caminos en el término municipal, una comunidad de regantes perdió las bombas para el riego, las dos depuradoras sufrieron daños, la red de acequias,... Todo sufrió un daño más que importante, mientras que en viviendas particulares por fortuna no.
Estuvieron dos días sin luz al caer una torre eléctrica y arrastrar otras dos. Once meses después todavía recuerdan eso, como la falta de agua potable por la falta de luz. «Egevasa puso un grupo electrógeno, fueron unos campeones y nosotros muy afortunados», dice la primera edil.
En la hoja de ruta del Ayuntamiento, lo más urgente fue la recuperación de los caminos. El propio Ayuntamiento sufrió inundaciones en la alcaldía y en el salón de plenos por problemas en los desagües. Antes de la tarde, Cervera dijo a los funcionarios que se fueran al ser imposible trabajar. La decisión fue afortunada.
El daño llegó a Bugarra por el río Turia en la parte baja y todo lo que es la parte alta de cultivos, desde las ramblas que llegan desde Chulilla y Villar del Arzobispo, poblaciones limítrofes. «Todas esas barranqueras, que en ocasiones hay cultivos alrededor, toda esa zona nos vino el agua». La recuperación de caminos, el pozo de San Juan fue la prioridad. «Sacamos a mano todo con capazos y con dos máquinas con pala que hay en la población para empezar a regar cuando fuera necesario». Desde ahí siguieron las instalaciones públicas municipales, aunque se dio prioridad a uno de los motores económicos del pueblo, la citricultura.
«En verano se plantas sandías, hay algo de algarrobo, caqui y aguacate, aunque la mayoría de las explotaciones son naranjas y mandarinas», dice. Los caminos deben estar perfectos ahora, por lo que la red debe estar lo más adelantada posible.
En infraestructuras, la pasarela de madera y el puente quedaron muy dañados. Los arrastres llevaron hasta troncos de un incendio de 2012 que seguían en el monte. «Nos vino de Chulilla y el material seguía ahí, en alguna orilla del río», comenta.
DAÑOS
7,5
millones de euros ha recibido el Ayuntamiento para la reconstrucción de infraestructuras municipales.
En este año, la Diputación ha ayudado mucho. La Generalitat habilitó 200.000 euros para cada Ayuntamiento en obras de emergencia, rápidamente gastados, mientras que el Gobierno ha ingresado 7,5 millones para la reconstrucción. «La Conselleria de Medio Ambiente construye el puente grande, todo nuevo, y eso pasará de los tres millones». El de manera es una de las memorias aprobadas, mientras que Tragsa y la Conselleria de Agricultura se encargan de los caminos rurales y forestales.
Pero la ambición, además de mejorar todas las instalaciones destrozadas, es recuperar la playa fluvial, uno de los valores de Bugarra que no se quiere perder. El campo de fútbol, que se reconstruirá, fue un muro de contención que salvó a los usuarios del camping. «Por eso las gradas quedaron tan mal», afirma.
La Confederación del Júcar se encarga de reconstruir la playa fluvial, con el debate del dragado, mientras que en noviembre se hará una replantación a cargo de una empresa privada. «El dragado se debe hacer en unos 300 metros, hay material ajeno que debe ser retirado», comenta la primera edil. ¿Estará lista la playa para el próximo verano? «Lo espero, incluso antes de finalizar el año tener ya algo», afirma. La playa afirma mucha gente y el camping está muy cerca. «Queremos un turismo de convivencia», matiza.
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