El buen tiempo saca a los valencianos de casa

El virus está cada vez más controlado, con la vacunación en marcha. Las restricciones están en vías de extinción y el verano a la vuelta de la esquina. Por eso la playa es, sin duda, el lugar por excelencia para los «domingueros», como ellos mismos se apodan. «Mira, así vamos, con la nevera llena, la sombrilla y a pasar el día, la verdad es que llegamos un poco tarde y parece pleno agosto, no vamos a tener sitio en primera línea seguro», comenta una mujer, que carga con todo el equipo y a su vez intenta mantener controlados a sus dos hijos.

en concreto, tanto en el paseo de la Malvarrosa como en la propia playa hasta Las Arenas, «no cabe un alma, está a parir», exclama una señora que se resguardaba del sol bajo una de las palmeras del paseo.

Y para comer, encontrar una mesa libre es misión imposible. «Todo reservado caballero, no tenemos nada, nos queda una mesa de dos en esa esquinita«, dice uno de los camareros del restaurante El Bobo a una pareja que llevaba tiempo buscando sitio. »Ayer intentamos llamar para reservar pero nada, y hoy hemos venido a la aventura a ver qué tal, pero es que es imposible, todo completo, todo lleno«, asegura ella.

En la arena resolver la comida resulta mucho más fácil. Bajo la sombrilla, sentados en sillas de playa, una familia empieza a repartir los bocadillos bien envueltos en papel de plata. También hay bolsas de aperitivos y sobre todo, agua y refrescos «bien fresquitos, lo llevamos todo en la nevera, hasta la fruta para después», explica una señora que confiesa: «somos de Madrid, nos hemos venido sólo para el fin de semana, porque con los niños se te acaban las cosas que hacer, así que miramos el tiempo y hemos aprovechado, estamos de lujo«. Y baño también. »El primero del verano«, asegura un grupo de jóvenes, que encuentran la temperatura del agua perfecta.

La playa es sin duda el destino más clásico al que suelen acudir los valencianos, pero el buen tiempo también anima a muchos a ponerse las zapatillas y pasar la jornada en la montaña. En zonas cerca de la capital de la Comunitat tan clásicas como el Garbí, ha habido una alta afluencia durante todo el día.

En la icónica cima de la montaña que pertenece al municipio de Estivella se juntan los ciclistas y montañeros que son siempre los más madrugadores y aprovechan las primeras horas del día, con algunas nubes; con los que llegan directamente con el coche hasta las inmediaciones del mirador. Aprovechando el sol que luce a mediodía, disfrutan de las vistas de la Sierra Calderona, se hacen fotos con el mar de fondo o simplemente contemplan unas vistas que, aunque estaban empañadas por algo de bruma, permiten incluso ver el Montgó al fondo del golfo de Valencia.

Conforme se acerca la hora de comer el paraje se llena más y más hasta el punto de que se dejan aparcados los vehículos en la misma carretera y familias y amigos copan el merendero para disfrutar de un día de domingo que siempre invita a salir a la montaña.