Las brigadas limpian a mano los ullals para no dañar las zonas más valiosas del parque

La Dirección General de Medio Natural y Animal de la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio impulsó desde el primer momento un plan de choque para actuar en el parque natural de la Albufera de manera coordinada con los ayuntamientos. Tras las primeras tareas urgentes en el lago, se comenzaron a realizar informes detallados de cada uno de los ullals afectados para conocer su estado y poder actuar. Los ubicados en las poblaciones de Albalat de la Ribera y Algemesí fueron los más dañados y donde se sigue trabajando actualmente para su recuperación.

Las características especiales de estas áreas húmedas protegidas, de pequeño tamaño y con la presencia de especies de gran interés, provocan que los trabajos de limpieza se tengan que realizar de forma manual. La limpieza llevada a cabo por el personal de la Conselleria y el Parque Natural es muy pormenorizada por lo que todavía no ha finalizado.

Durante las revisiones que se realizaron semanas después de la catástrofe, se pudo comprobar que solamente tres de las surgencias con presencia de poblaciones de samaruc (especie protegida) en el parque natural presentaban afectación. Se trata de los ullals de Senillera, Buda y Moncofa, en Albalat de la Ribera, y a la reserva de fauna la Laguna, en Algemesí.

El ullal que la dana más dañó es el de Moncofa. En esta fuente natural se observaba mucha turbidez en el agua y abundancia de residuos sólidos procedentes de un invernadero cercano que fue devastado por la riada. Sin embargo, los técnicos de Medio Ambiente pudieron constatar que se mantenía la presencia de samaruc y otras especies de peces e invertebrados presentes de manera habitual en el ullal.

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El arrastre de residuos provenientes de otros puntos fue uno de los principales problemas en estas zonas por lo que de forma manual los trabajadores van retirándolos. Pero ésta no fue la única consecuencia de la dana. En el ullal de Buda, también en Albalat de la Ribera, la fuerza del agua arrasó con las motas, que ya se encontraban en malas condiciones por carecer de vegetación de ribera. Ahora deben estabilizarse para evitar un colapso parcial.

En Algemesí, la Llacuna del Samaruc, el principal paraje natural de la población, sufrió graves afecciones en todo el sistema de infraestructuras de la reserva, como pasarelas y vallado, que se hundieron o rompieron por la riada. Pese a que la estampa inicial era desoladora, con basura y vegetación tumbada, los técnicos de Medio Ambiente pudieron comprobar que al tratarse en su mayoría de especies rizomatosas la previsión de que rebrote prácticamente todo es elevada por lo que se podrá recuperar su valor.