Autoexploración y mejoras en el diagnóstico, las claves

La pandemia del Covid-19 ha provocado que buena parte de la población retrase revisiones de salud recomendadas y hasta imprescindibles por el miedo a una posible infección en el centro de salud o el hospital. Éste es el caso de los exámenes rutinarios de prevención de tumores como el de mama, según alertan desde el Consejo General de Enfermería, órgano que recuerda que en momentos de crisis sanitaria «es todavía más necesaria la autoexploración para una detección precoz del cáncer de mama».

En esta línea, desde el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) insisten en que el temor al contagio «ha provocado que muchas mujeres no hayan acudido a su revisión anual», por lo que subrayan, de nuevo, «la importancia que estas revisiones tienen para detectar a tiempo el tumor y conseguir así mayores posibilidades de curación». Para ello, consideran que la inversión en campañas de información y prevención como primera medida debería ser una prioridad. Además, «debe favorecerse la realización de estas revisiones y reconocimientos y dotar a los centros de las infraestructuras necesarias para que la población pueda someterse a ellas», aseguran, para de este modo mejorar el diagnóstico precoz.

El pasado año, según los datos facilitados por la Conselleria de Sanidad, prácticamente el 30% de las más de 340.000 mujeres de entre 45 y 69 años citadas para participar en el programa de cribado de cáncer de mama no se presentaron, por lo que estas exploraciones se llevaron a cabo únicamente a 243.460 usuarias. Y resulta una iniciativa de importancia, puesto que en 2019 se detectaron gracias a este programa 1.091 cánceres, lo que supone una tasa de detección del 4,46 por cada mil mujeres estudiadas, lo que lleva a la conselleria a insistir en la importancia de este tipo de pruebas.