Familias de 130 municipios se quedan sin colegios públicos con jornada partida

El horario intensivo llegará el curso que viene a la mitad de los colegios públicos de Infantil y Primaria de la Comunitat. En cuestión de dos años, la autonomía ha pasado de ser uno de los últimos reductos de la jornada partida a nivel estatal a abonarse a la modalidad continua, llegando a superar a otras regiones que llevaban más años permitiendo el cambio siempre que lo aceptaran una mayoría de padres.

Si los datos se analizan por municipios se pueden extraer más conclusiones. De los listados facilitados por la Conselleria de Educación se desprende que en la red pública de 129 municipios sólo habrá jornada continua el curso que viene. En 45 todos sus centros -al menos había dos- han optado por modificar su horario, lo que en la práctica implica que las clases se organizarán por las mañanas, dejando las tardes para talleres gratuitos para las familias y de oferta obligada para el centro.

En algunos casos la modificación ya está funcionando en todos ellos durante el actual curso, en otros se ha acometido en conjunto tras las votaciones del día 4 y en los restantes se han aprovechado los dos procedimientos (septiembre y abril) para alcanzar la plena adaptación.

En estas localidades los padres que quieran una educación pública para sus hijos ya no tendrán posibilidad de que se formen con un horario partido. Aunque es cierto que el ámbito de la conciliación queda cubierto con los citados talleres, son muchas las familias que recelan del intensivo por cuestiones pedagógicas. Y también las hay que cuestionan la viabilidad de los citados talleres. Su única alternativa será la movilidad o, si existe, la educación concertada, donde sólo el 3% de la red aplica la continua, o la privada.

Los otros 84 casos son algo distintos. Se trata de municipios o entidades menores donde el único centro público que opera ha decidido aplicar la jornada continua. Las familias disconformes en este caso tienen más limitadas las salidas, pues no suele haber alternativa concertada al ser núcleos pequeños, aunque siempre queda la opción de buscarse otra localidad.

«Eso sí, siempre que puedan permitírselo. No todo el mundo tiene recursos para desplazamientos continuos. Y además no es lo habitual. En Alicante este curso ha habido sobre todo resignación», explica Ramón López, el presidente de la Fapa Gabriel Miró, la mayoritaria en esta provincia, que es la que más casuística concentra. De los 45 municipios, 35 pertenecen a su ámbito geográfico, y de los 84 suman 42.

La organización no se opone directamente a la nueva modalidad - de hecho plantea la coexistencia de ambas jornadas en los centros- aunque sí cuestiona aspectos de la normativa como la prohibición de que las actividades extraescolares convivan con los talleres. También han denunciado irregularidades en el proceso, como votaciones erróneas en consejos escolares incompletos.

«Ha de ser la conselleria la que dé alternativas a los padres que ya no puedan elegir. Aunque cambie el 100% de colegios del municipio en la gran mayoría no lo han apoyado el 100% de los padres», dicen desde la Plataforma a Favor de la Jornada Partida, que rechaza la intensiva al considerar que no hay evidencias de que aumente la calidad formativa, sino más bien al contrario. La entidad trabaja en la elaboración de un modelo de recurso de alzada para que los padres puedan recurrir las votaciones de sus centros si creen que se ha producido alguna irregularidad. También han contabilizado cinco contenciosos presentados por familias contra los proyectos de organización horaria de sus centros.

En la provincia de Valencia son siete los municipios donde todas las escuelas públicas funcionarán con jornada intensiva. El caso más llamativo, por volumen de habitantes, es el de Torrent. La Vila Joiosa, Calpe, San Vicente del Raspeig o Vinaroz son más ejemplos de localidades con una importante población donde todas han dado el paso. Además, si Educación no lo remedia, es probable que en la siguiente oleada de votaciones la cifra global aumente, pues son varios los municipios como Ontinyent o Alaquàs donde todos los públicos pidieron el cambio, aunque algunos se quedaron en el camino por no llegar la mínimo de apoyos exigido. En Castellón ha sucedido en Benicàssim y l'Alcora.

Otros casos llamativos son los de Alicante ciudad, donde sólo quedan tres Ceips con jornada partida, o las localidades donde hasta sus concertados han modificado su organización, como Oliva, Pego o Almoradí.