Borrar
Urgente Bertín Osborne y Taburete, entre los artistas de los Conciertos de Viveros 2024

La sequía multiplica los ataques de animales a campos y urbanizaciones

Los daños causados por conejos, jabalíes, cabras montesas y otras especies suponen pérdidas valoradas entre 20 y 25 millones de euros

Juan Sanchis

Domingo, 12 de junio 2016, 22:17

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La sequía se asocia directamente con la falta de agua y, como consecuencia, con problemas de riego e incluso de abastecimiento. Pero, además, está favoreciendo que determinadas especies animales dañen la agricultura valenciana.

La ausencia de precipitaciones, que este año se encuentra en algunas zonas por debajo del 50% de lo habitual, también reduce los recursos en el monte y muchas especies de fauna silvestre se ven obligadas a desplazarse en busca de comida, con lo que su presencia es cada vez más frecuente en campos de cultivo y en urbanizaciones y poblaciones rurales en busca de sustento.

Los incendios de los últimos años, especialmente los de 2012, y el proceso de abandono de cultivos también han contribuido a destruir el hábitat natural de estas especies.

Según cálculos de las organizaciones agrarias AVA y La Unió, el campo valenciano está sufriendo entre 20 y 25 millones de euros de pérdidas al año como consecuencia de los ataques de la fauna silvestre. Conejos, cabras, jabalíes, ardillas se han desplazado desde zonas de monte en busca de agua y comida.

Fuentes de estas asociaciones explican que «llevamos cuatro años de sequía y la situación se está agravando cada vez más». También se está disparando la superficie afectada por estos ataques, que en algunos años ha llegado a crecer un 30%.

Pero no son los únicos afectados. Los animales salvajes no hacen distinciones en su búsqueda de alimento y las urbanizaciones también están sufriendo los ataques de estos animales.

En este sentido, se han denunciado incursiones de jabalíes y otros animales en urbanizaciones de la Marina Alta y la Costera donde propietarios de chalés han denunciado daños en los árboles causados por estos animales que buscan alimentarse con sus raíces.

Muchos de estos ataques se producen en las comarcas del interior de la Comunitat, pero las zonas del litoral tampoco se libran del problema. Los pequeños humedales naturales se han reducido por la sequía, lo que ha llevado a que muchas especies de anátidas busquen refugio en la Albufera para alimentarse de los campos de arroz.

Desde AVA han venido reclamando medidas para minimizar el impacto de la fauna silvestre. En este sentido, tal y como ha exigido en varias ocasiones su presidente, Cristóbal Aguado, piden compensaciones directas a los agricultores y actuaciones para controlar estas especies.

El secretario general de La Unió, Ramón Mampel, también ha reclamado planes consensuados por administraciones y entidades afectadas para lograr un equilibrio en las poblaciones de fauna silvestre.

Cazadores y agricultores coinciden en señalar al conejo como la especie más peligrosa. Pero en la lista de amenazas también se encuentran el jabalí, la cabra montesa, la urraca y la ardilla y otras especies como el arruí.

Los cazadores se han convertido en uno de los aliados para controlar la expansión de este tipo de especies. El problema, como explica Román Samper, ingeniero de Montes y técnico de la Federación de Caza de la Comunitat, es que cada vez hay menos cazadores, «frente a los 100.000 federados hace 15 años ahora hay unos 40.000» por lo que su capacidad de actuación es más limitada.

El conejo está destrozando campos de cereal y viñedo, pero también es dañino para plantaciones de cítricos, fruta, almendros, olivos y hortalizas. Está muy presente por toda la Comunitat. Los campos de la Vega Baja, Vinalopó, l'Alcoià, la Marina Alta, la Canal de Navarrés, l'Horta Nord, Camp de Morvedre, La Costera, Utiel Requena, Vall de Albaida, la Plana y el Baix Maestrat están sintiendo de forma especial sus actuaciones.

Llegan, por ejemplo, a roer las cortezas de los naranjos matando el árbol o arrasan campos de vides. También destrozan instalaciones de riego. Según destacó Samper, los conejos pueden considerarse como el problema principal por su elevada capacidad de reproducción.

Además, saben adaptarse a las nuevas condiciones. De esta forma, están aprovechando los taludes del AVE y grandes arterias de comunicación para ubicar sus madrigueras. No necesitan desplazarse muy lejos para alimentarse y son zonas a las que los cazadores no pueden acceder, ya que existe un perímetro de seguridad.

Sólo les afectan algunas plagas, como la mixomatosis. Ante ello, la Conselleria de Medio Ambiente ha flexibilizado las condiciones para que los cazadores puedan actuar para limitar la población.

Los jabalíes son la segunda gran preocupación. Su presencia se ha intensificado durante los años y están detrás de numerosos accidentes de tráfico. Incluso un agricultor murió víctima del ataque de un ejemplar.

La población se ha triplicado en los últimos diez años y es cada vez más habitual verlos en campos cultivados y zonas habitadas. Se han extendido por comarcas como l'Horta Nord, la Marina Alta o la Muela de Cortes, aunque su presencia se está generalizando. Según explicó Román Samper se da la circunstancia de que no tiene ningún depredador por lo que su control depende de las batidas.

La tercera especie que más problemas está causando es la cabra montesa, que se ceba especialmente con plantaciones de almendros y olivos. Su presencia se ha desarrollado en la zona de Cortes de Pallás, Jalance o Cofrentes, ya que se trasladan allí desde la reserva nacional ubicada en las inmediaciones.

Recientemente también se han detectado ataques de buitres al ganado. Hasta ahora la presencia de estos animales estaba circunscrita a la comarca de Els Ports, pero ya se han localizado también en la Plana Alta.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios