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La playa de Gandia, a tope de turistas durante un día del verano pasado.:: EFe
Más de un siglo de turismo en Gandia

Más de un siglo de turismo en Gandia

La capital de la Safor ya tiene en la primera mitad del siglo XIX una tradición de baños de mar

B. LLEDÓ

Sábado, 28 de marzo 2015, 00:17

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Los más de siete kilómetros de arena fina de Gandia son, desde hace décadas, un reclamo que la han llevado a consolidarse como uno de los principales destinos de sol y playa de la Comunitat. Pero la actividad turística en el litoral gandiense comenzó a gestarse ya en el siglo XIX. La tradición de los baños de mar está documentada desde 1830. Son los orígenes del principal motor económico que hoy mueve la capital de la Safor. A principios del siglo XX, la práctica de baños en agua salada era sinónimo de salud. «Desde 1881 en la prensa local podemos contrastar numerosas noticias sobre la costumbre de veranear y tomar el baño en las barracas de la futura playa de Venecia», explica el historiador Jesús Alonso. En 1899, el comerciante y empresario Silvestre Furió decide montar un balneario.

En la primera década del siglo XX aparecen edificaciones estables de la burguesía en Gandia y Oliva, similares a las que ya existían en Valencia, Alicante y Santander. La burguesía alcoyana también empieza a levantar sus lustrosos chalets en la zona. «Paralelamente, hay una cierta organización de los servicios. Por ejemplo, el ayuntamiento regula los paseos en barca», relata Alonso.

En las últimas décadas de 1950 comienza a construirse el primer hotel de la playa de Gandia. A partir de ahí arranca una industria constructora y turística que despliega sus alas a partir de los años 60, con el denominado turismo de masas y que se da en todo el litoral valenciano.

Hoy, la Safor es sol y playa pero también gastronomía, agroalimentación y comercio. El sector servicios es el principal motor económico de una comarca en la que no hay que olvidar el peso de la industria agrícola y alimentaria, como la de elaboración de dulces y zumos. «Desde los años 70 del siglo pasado, este territorio ha experimentado un auge de los servicios turísticos y residenciales hasta alcanzar el porcentaje superior al 60% que ostenta en la actualidad», recoge un informe de la Conselleria de Infraestructuras sobre la estrategia territorial de la Comunitat hasta 2030.

El tejido empresarial de la zona está formado por pymes y micropymes que han sobrevivido a los varapalos de la crisis económica y que tienen la esperanza de que lo peor ya ha pasado. «Destaca el gran peso de los servicios en la comarca, con un 61% concentrado en Gandia y los municipios litorales; un porcentaje todavía importante de la agricultura (8,3 %), sobre todo en Tavernes de la Valldigna y los municipios interiores; un porcentaje elevado del sector construcción con tasas del 17%, que ha ido disminuyendo de forma notoria desde 2007 y un peso relativamente bajo de la industria (13,6%), siendo Villalonga el municipio más especializado en el sector secundario», especifica el estudio.

Las playas de Gandia, Tavernes, Daimús, Oliva y Xeraco son un polo de atracción turístico indudable. La oferta de alojamiento es acorde a la gran demanda existente en estos municipios de la Safor. Al margen de este binomio turismo residencial-citricultura propio de la comarca, la exportación también ha sido clave en los últimos años.

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