Agentes acusan al jefe de Policía de imponer la rotación del turno laboral

Agentes díscolos de la Policía Local de Callosa de Segura aseguran que el cuerpo se ha convertido en un caos en los últimos meses, sobre todo por la imposición del intendente jefe interino de rotar los turnos de trabajo. Afirman que la mayoría de plantilla ya se había escogido el horario que más le compaginaba con su vida familiar y ahora deben trastocar su vida privada por una orden tomada sin consenso. Además, acusan al mando de enviar a los agentes a repostar los coches patrulla fuera del término municipal y sin un permiso de la jefatura de Armas de la Guardia Civil.

La primera crítica que el grupo opositor de policías tiene es que «se decidió implantar un turno de trabajo para rotar a los funcionarios sin molestarse en explicarlo o preguntar si afectaría a la vida personal». Esta decisión supuso un gran perjuicio para los funcionarios de seguridad porque «se tienen que cambiar entre sí los servicios para volver a encontrarse en el horario que más se ajusta a sus necesidades».

Otra queja que tienen es económica puesto que se han eliminado los complementos de nocturnidad diarios «sin razón que la motive». En este sentido, advierten que ahora deben reclamarlos por vía administrativa.

Otra reclamación, esta judicial, es la que realizó un agente por un día de vacaciones al estar con una incapacidad temporal. El miembro policial comprobó que le habían quitado uno. Así, denuncia que tras demostrar el fallo y solicitar el día denegado el mando le contestó que «siempre se ha hecho así y nadie se ha quejado» por lo que manifiestan que «la costumbre hace ley». Otro punto donde el grupo de agentes hace hincapié es que de forma sistemática los vehículos de la Policía Local repostan en una gasolinera fuera del término municipal, lo que «contraviene los términos marcados por la jefatura de Armas de la Guardia Civil». Por ello, piden al jefe de Policía evitar que ocurran este tipo de «presuntas infracciones». Desde la Concejalía de Seguridad Ciudadana se tiene constancia de este hecho y no observan ningún posible delito, a pesar de que ahora el municipio cuenta con tres gasolineras dentro de su término.

Caso aparte fue la asistencia de dos agentes al curso de seguridad que organizó la Hermandad de San Cristóbal en Bigastro. Los funcionarios díscolos con el mando policial alegan que acudieron «prestando servicio ordinario a unos veinte kilómetros fuera del término, vestidos de uniforme y equipados con el arma reglamentaria, y para más irregularidad acudieron en su vehículo particular». El grupo de policías desconoce si poseían la pertinente autorización de Intervención de Armas de la Guardia Civil para poder portar su revólver. En este sentido, denuncian que «lo más impactante es que no consta que estos agentes tuvieran permiso ni quedó constancia escrita de que hubieran acudido, solo que prestaban su servicio ordinario», reprochan.

Para finalizar el desorden del que acusan al intendente jefe informan que un agente presentó el alta laboral el pasado 23 de diciembre y el mando «le comunicó que debía prestar servicio en el turno de noche en Nochebuena». Al tener constancia el policía le pidió al jefe policial el arma que le había entregado pero respondió que «no podía entregársela por asuntos personales, pospuso la entrega y dejó al funcionario sin su arma reglamentaria».

Para los agentes opositores el jefe interino «dejó en indefensión al funcionario así como al ciudadano que pudiese requerir de su servicio y con la posibilidad de que en caso de ocurrir cualquier altercado o situación que requiriera tal herramienta de trabajo no podría prestar el servicio con todas las garantías».