Alicante conquista Gotemburgo y pone sus ojos en Moscú
Al son de la dolçaina y el tabalet, la expedición se gana a los suecos y sorprende con dos pasacalles y un arroz alicantino
Eva María Lahoz
Domingo, 10 de abril 2016, 01:04
Alicante se ganó ayer a los ciudadanos de Gotemburgo con una jornada plagada de sorpresas y actividades en la calle, que congregaron a cientos de personas en torno a la hoguera plantada en la plaza de Gustav Adolf Torg (la del Ayuntamiento). El tiempo acompañó, en uno de los primeros días soleados del año en la ciudad, según explicó la alcaldesa, Lena Malm, lo que hizo que la concentración de gente en la plaza principal fuese aún mayor. Sobre todo cuando empezaron a oler el delicioso aroma del arroz gigante elaborado por Riquelme, del que comieron mil personas. Los organizadores de la iniciativa, la expedición ha costado cerca de 100.000 euros, calificaron de «éxito total» la acogida por parte de los suecos y, tras hacer lo más difícil, abrir camino, ya tienen la mente puesta en el lugar en el que plantarán la hoguera el año próximo.
Tanto el presidente de la Diputación, César Sánchez, como el alcalde, Gabriel Echávarri, se mostraron convencidos de que la experiencia tendrá continuidad. Y el primer edil se atrevió incluso a apuntar que, aunque no tienen nada hablado, sería «un reto interesante» plantar en Rusia, más concretamente en Moscú. Otro mercado emergente.
Los gotemburgueses se despertaban ayer al son de la dolçaina y el tabalet, gracias al pasacalles festero que partió a las 11.00 horas de la plaza de la Ópera y recorrió las calles principales y el mayor centro comercial de Escandinavia. A la cabeza, el presidente de la Federación de Hogueras y Barracas, Manolo Jiménez, la Bellea del Foc, Carmen Caballero, y cuatro de sus Damas de Honor. Detrás, las autoridades locales y provinciales, con el alcalde, Gabriel Echávarri, y el presidente de la Diputación, César Sánchez, al frente, el embajador de España en Suecia, Javier Jiménez Ugarte, las bandas y casi un centenar de festeros.
Con los ojos como platos y una sonrisa en los labios les recibieron los suecos, nada acostumbrados a este tipo de desfiles. Su incertidumbre era solo pasajera, ya que todos recibían, de manos de los festeros y autoridades, folletos promocionales de la fiesta de las Hogueras, en inglés, -se repartieron 10.000 folletos- para que supieran qué era lo que estaban viendo.
Algunos de ellos se unieron a la comitiva hasta desembocar en la plaza Gustav Adolf Torg, junto a la Hoguera, donde muchos, sobre todo los niños, peleaban por hacerse fotos con las Bellezas y el monumento. También se congregaron muchos españoles residentes en Suecia, algunos con sus familias o parejas, como Emilio Martínez, que lleva 52 años viviendo en Gotemburgo, donde trabajó primero en el consulado y después en el teatro. Tiene una residencia en Alicante y estaba ayer encantado con la iniciativa.
A las 12.00, los Riquelme empezaban a preparar el gigantesco arroz, sobre leña, en la plaza. Una paella con 2,30 metros de diámetro y capacidad para dar de comer a mil personas. Contaron con la ayuda puntual como pinches del alcalde, el presidente de la Diputación, los diputados Carlos Castillo y Eduardo Dolón, y el embajador, entre otros.
Las cifras, mareantes: 100 kilogramos de arroz, 60 de pollo, 50 de tomate, 20 de mejillones, 10 de langostinos, 5 de quisquillas y 10 de cigalas, 15 litros de aceite y agua. Sorprendidos, los suecos observaban la preparación del delicioso plato.
Moncho Riquelme explicaba que en esta ocasión el pollo y el pescado eran de Gotemburgo, comprados en el precioso mercado local por la mañana. También el agua era local, porque es «de buena calidad». En otras ocasiones la trasladan desde Alicante. Los Riquelme tienen ya sobrada experiencia en preparar paellas gigantes en medio mundo y ayer no defraudaron. Alicantinos y suecos hicieron una larga cola para degustar el arroz. El embajador, Javier Jiménez, que se desplazó desde Estocolmo para la ocasión, se mostraba entusiasmado con la iniciativa alicantina, hasta el punto de asegurar que era «la visita más importante que he recibido en cuatro años como embajador en Suecia». Destacó el potencial del mercado turístico sueco, que consideró «nuestra gran baza en España y en Alicante, ya que apuestan por el buen clima y tienen entre sus preferencias la Costa Blanca». Además de su gran poder adquisitivo, resaltó que es un mercado que «compra terrenos y segundas residencias», por lo que la inversión es aún mayor.
Por la tarde, las autoridades asistieron a una visita guiada por el museo de la Fábrica de la Volvo, una de las marcas emblemáticas en Suecia y en la ciudad, donde conocieron los secretos y la historia de sus más famosos modelos de vehículos.
Y a las 17.00 horas, nueva cita con la Fiesta, con un segundo desfile por las calles del centro, en el que el alcalde se vistió de zaragüell, por si algún gotemburgués no se había enterado aún del desembarco alicantino en su ciudad. El sorteo de seis estancias en hoteles de Alicante entre las mil personas que se pasaron a lo largo del día por la carpa de Turismo instalada junto a la hoguera puso el broche de oro a la intensa jornada. Hoy, los alicantinos se despiden de Gotemburgo.