Borrar
Pauline Cafferkey. :: l. f. / efe
Detectan ébola en la enfermera británica que lo superó el pasado enero

Detectan ébola en la enfermera británica que lo superó el pasado enero

Pauline Cafferkey, de 39 años, ingresó ayer grave en un hospital de Londres, pero los médicos dicen que el riesgo de infección es muy bajo

IÑIGO GURRUCHAGA

Sábado, 10 de octubre 2015, 00:47

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Pauline Cafferkey, la enfermera británica de 39 años que superó en enero una infección por ébola que contrajo en Sierra Leona, fue hospitalizada de nuevo ayer y se encuentra en estado grave. Los médicos que la atienden han dicho que sufre «una inusual complicación tardía relacionada con su previa infección con el virus». Han vuelto a detectarlo en su organismo, pero afirman que el riesgo de infección es muy bajo.

Cafferkey acudió el miércoles a una presentación sobre la asistencia internacional a enfermos de ébola en África occidental con el objetivo de alentar a los estudiantes a recaudar dinero. El jueves se sintió mal y se presentó en el hospital universitario Queen Elizabeth, de Glasgow, donde fue ingresada en la unidad de enfermedades infecciosas. En la mañana de ayer, fue trasladada a Londres en un avión militar equipado con un compartimento aislado e ingresó en el hospital Royal Free. Fue en ese centro donde la trataron tras contraer la enfermedad cuando asistía a enfermos de ébola en Sierra Leona trabajando para la organización humanitaria Save the Children.

Médicos que han estudiado las características de la epidemia explicaron ayer a los medios que, una vez que el patógeno se expulsa con éxito de la sangre del paciente, como ocurrió en el caso de Cafferkey en enero, puede refugiarse en algunos tejidos del cuerpo como los ojos y la leche materna. Los mismos expertos pronosticaron que la enfermera escocesa podrá superar esta recaída con el tratamiento que ya salvó su vida hace ocho meses y medio. El último brote de ébola, que alarmó al mundo en 2014 y ha causado más de 11.000 muertos -y que aún no ha acabado aunque la pasada semana fue la primera sin nuevos casos-, ha tenido una mortalidad cercana al 60%.

Una investigación de Save the Children concluye que Cafferkey habría contraído el virus porque las gafas especiales no le encajaban bien y optó por usar una visera, lo que requería otra ropa y otros protocolos. La enfermera recibió el alta en enero tras un mes en aislamiento y la pasada semana viajó a Londres para recibir un premio en nombre de las personas que han asistido a los enfermos.

Los responsables de la Sanidad británica recordaron ayer que la transmisión del virus se produce a través de fluidos corporales y que es muy bajo el riesgo de que Cafferkey haya infectado a otros, aunque las personas más cercanas a la mujer están siendo analizadas.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios