Los vecinos se movilizan contra los malos olores de la planta de residuos de Fontcalent

El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Alicante tendrá que enfrentarse en unos días a su primera movilización vecinal. Los residentes de las partidas rurales han decidido pasar a la acción. Hartos de los malos olores procedentes de la planta de tratamiento de residuos de Fontcalent que, aseguran, tienen que soportar casi a diario, han puesto en marcha protestas para exigir al Ayuntamiento de Alicante que tome cartas en el asunto y exija a la UTE medidas correctoras.

Se les ha agotado la paciencia y demostrarán su indignación en una concentración a las puertas de la planta de tratamiento, convocada para el día 17, a las 11.00 horas. Además, han iniciado una recogida de firmas para exigir medidas correctoras que acaben con los malos olores.

Detrás de ambas iniciativas está la Plataforma de Partidas Rurales, que se creó hace unos meses para defender los intereses de los vecinos frente al proyecto de instalación de una macroplanta de abonos cerca de la de residuos, en Fontcalent. Proyecto que lograron paralizar. No obstante, los problemas derivados de la cercanía de la planta de residuos a sus viviendas continúan, y aseguran que este verano ha sido «el peor en décadas» en lo que respecta a los malos olores que han tenido que soportar.

Aseguran que la UTE Alicante no cumple con las medidas exigibles a la hora de tratar la basura y que entierra «en fresco» y sin tapar después muchos de los residuos, lo que incrementa el hedor. Añaden que, además del mal olor, con el calor de estos últimos meses han tenido que sufrir «plagas de mosquitos» y que la situación es ya «insostenible»

Hace algo más de un mes se reunieron con el concejal de Medio Ambiente y Limpieza, Víctor Domínguez, para plantearle la situación y exigir medidas contundentes de control de la planta.

Obtuvieron el compromiso del edil de poner en marcha el plan que ya había anunciado para reducir la entrada de basura procedente de otros municipios en 55.000 toneladas para el año que viene. Un plan que ahora se antoja más complicado poner en marcha, dada la situación de ahogo en la que se encuentra el Ayuntamiento de cara a la elaboración de los presupuestos 2016. Será difícil que renuncie a estos ingresos.

En cualquier caso, los vecinos entienden que esta reducción de residuos foráneos no es la panacea, dado que se tiene que «exigir a la UTE que cumpla con la legalidad».

Reclaman el «control y medición de los gases tóxicos emitidos» por la planta, con la instalación de medidores, tal y como planteó UPyD en la pasada legislatura. Además, no entienden por qué no se ha creado y convocado todavía la comisión que debía trabajar para garantizar que en la zona no se implanten nuevas plantas de residuos.

Una comisión que aprobó el Pleno municipal antes de acabar la pasada legislatura por unanimidad, pero que el tripartito aún no ha puesto en marcha. Desde Urbanismo apostaron a principios de legislatura por promover una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que impidiese este tipo de instalaciones en el suelo disponible de las partidas, pero por el momento no ha salido adelante la medida.

Así las cosas, los vecinos están cansados de las buenas palabras y promesas y exigen actuaciones para mejorar su situación. Hace años que no se convoca una concentración a las puertas de la planta de residuos, pero aseguran que no será la última si no se atienden sus demandas.