Murciélagos contra el mosquito tigre

Los murciélagos vuelven para quedarse en la ciudad de Valencia. Las poblaciones de estos mamíferos originalmente tenían su hábitat en el río Turia. Se sabe que convivían hasta tres tipos diferentes de especies.

Estos animales siempre han estado perseguidos por creencias erróneas y falsos mitos, pero lo cierto es que son consumidores insaciables de insectos y, por ello, resultan muy beneficiosos para el control de plagas que dañan tanto a cultivos como a humanos. Actualmente muchas de las especies están amenazadas y en peligro de extinción.

Recuperar la biodiversidad autóctona en el ecosistema de la ribera del Turia es el objetivo principal en el que trabajan los voluntarios de las fundaciones Aguas de Valencia y Oceanogràfic.

Entre las diversas acciones que han puesto en marcha se incluyen la construcción de refugios para estos mamíferos o preparar cajas nido para facilitar su reproducción y así «darles un aliciente para permanecer en la zona», explican desde la fundación. Con esta iniciativa pretenden fomentar la mejora y la conservación de los espacios naturales del Turia.

Los biólogos de Limne, especialistas en la gestión y conservación de ecosistemas acuáticos, aseguran que «en los últimos años ha crecido el interés en el papel de los murciélagos como controladores de plagas agrícolas» y, aunque «en nuestro país los estudios escasean, los últimos datos científicos de un estudio realizado a nivel nacional demuestran que son muy efectivos en la lucha contra los mosquitos».

Por ejemplo, en el Delta del Ebro, una zona que podría parecerse al Parque Natural de la Albufera, se ha calculado que los murciélagos suponen un ahorro en pesticidas de más de 20 euros por hectárea. Al mismo tiempo la acción de estos mamíferos, estaría reduciendo la contaminación que genera el uso de productos químicos de este tipo en el agua.

La realidad va poco a poco superando la leyenda y mito en el que siempre se han visto envueltos estos animales. Los quirópteros podrán volver a poblar su hábitat natural y preservar sus diferentes especies. ¿ Y cómo se diferencian? A través de los sonidos que emiten. Según explican los expertos de la fundación Limne, se pueden detectar las especies en función de la frecuencia con la que emiten sonidos. Mediante unos sofisticados instrumentos consiguen 'traducir' estas señales a niveles audibles para el oído humano. Así, conociendo la frecuencia en la que emiten se consigue identificar la especie.

Las acciones realizadas por ambas fundaciones se enmarcan en el proyecto de custodia fluvial del Turia iniciado hace más de tres años y entre sus propósitos está implicar a a la ciudadanía en el conocimiento de la biodiversidad.

Los organizadores de la iniciativa quieren que la ciudadanía conozca mejor a estos mamíferos y con el programa de voluntariado ambiental puedan colaborar en la recuperación de las poblaciones de murciélagos en este enclave, así como en la detección e identificación de las especies de quirópteros que habitan en las riberas del río y que contribuyen a mejorar su calidad ambiental.