Confinados en las ciudades
PPLL
Sábado, 26 de septiembre 2015, 00:31
Durante el siglo XIX y entrado el XX fue una de las enfermedades infecciosas que mayor terror despertaba en la población por su alta mortalidad y su facilidad en propagarse. Cuando se detectaban los primeros casos, se aislaba a los posibles contagiados, se ponían controles de acceso a las ciudades y el comercio prácticamente se paralizaba. Así sucedió en 1885 en Valencia. El ejército impedía salir o entrar de la ciudad. La psicosis entre la población era tal que los cementerios cambiaron de ubicación. Antes del cólera se enterraba a los muertos cerca de los hospitales, en los centros de las ciudades e incluso en las iglesias, pero poco a poco fueron trasladándose a las afueras. Y allí han quedado.
El cólera no está erradicado en el mundo. La Organización Mundial de la Salud detecta periódicamente brotes de la enfermedad en países en vías de desarrollo. La India y Bangladesh han sido dos países que han registrado casos más frecuentemente. En España el último brote se detectó en 1979. El tratamiento actual pasa por rehidratar al paciente con sales minerales, ya que en la mayoría de los casos los enfermos morían de deshidratación por los fuertes vómitos y diarrea.