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Màxim Huerta, el último fichaje de un Gobierno con cuatro ministros valencianos

Màxim Huerta, el último fichaje de un Gobierno con cuatro ministros valencianos

El periodista se une a Luis Planas, José Luis Ábalos y Carmen Montón para terminar con la sequía de cargos valencianos en el Ejecutivo durante la etapa de Rajoy

J. C. Ferriol

Valencia

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Martes, 5 de junio 2018

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La composición del Gobierno que presidirá Pedro Sánchez -algunos de cuyos nombres ya se conocieron durante la jornada de ayer- dejó, desde la óptica de la Comunitat Valenciana, señales que fueron consideradas como muy positivas por los partidos del Pacto del Botánico. En primer lugar, por el nombramiento de dos valencianos como miembros de ese Ejecutivo: José Luis Ábalos al frente del todopoderoso ministerio de Fomento, Carmen Montón como titular de la cartera de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y Luis Planas, nacido en Valencia, en Agricultura.

La presencia de dos valencianos en el Gobierno constituye un hito significativo. Entre otras razones, porque contrasta con la escasa presencia de representantes de la Comunitat en el gabinete presidido por Mariano Rajoy. Al margen del que fuera titular de Exteriores, José Manuel García Margallo -nacido en Madrid pero atribuido históricamente a la cuota del PP valenciano-, el Ejecutivo popular de los últimos años, que coincidió con el aluvión de casos de corrupción sobre excargos del PP de la Comunitat, se caracterizó por la escasa presencia valenciana, que alcanzó no sólo a los ministros sino también al segundo escalón de la administración. Con los nombramientos de Ábalos y Montón, el Ejecutivo de Sánchez lanza lo que podría considerarse como un guiño a la Comunitat.

Agenda de infraestructuras

Y no es el único. La designación de Ábalos como titular de Fomento sitúa al dirigente valenciano al frente de una de las carteras clave para la Comunitat, por los problemas endémicos que la región arrastra en materia de infraestructuras y la, en muchas ocasiones desatención sufrida por parte del Gobierno central. Puig ha enarbolado en distintas ocasiones su particular agenda valenciana de infraestructuras, compuesta por las principales reivindicaciones que el Gobierno valenciano viene trasladando al Gobierno central. Una de las más destacadas es la de la liberalización y gratuidad de la AP-7. La concesión de la autopista finaliza en diciembre de 2019 y, aunque el Gobierno de Rajoy dijo que no se renovaría no llegó a especificar si establecería un peaje blando para hacer frente a los gastos de conservación, entre otros. Además, el Consell viene reclamando que se ejecuten las conexiones de la autopista con los municipios.

En el capítulo de Cercanías, el Gobierno valenciano reclama más inversiones y modernización. Las principales reivindicaciones quedaron reflejadas en el nuevo Plan de Cercanías (presentado por De la Serna en diciembre 2017) pero los presupuestos de 2018 son, para el Consell, insuficientes al incluir sólo 50 millones. En cuanto al corredor mediterráneo, se espera más financiación para terminar tramos en los que queda poca obra (como el Xàtiva-La Encina); un calendario de reuniones y el túnel pasante de Valencia.

Otro frente pendiente es el de las carreteras. La ampliación de la V-30 (se presentó un proyecto y conselleria hizo frente común con municipios afectados para que fuera más sostenible) y la ampliación del by-pass. Son dos peticiones incluidas en la Agenda Valenciana de Infraestructuras. Por último, la financiación para el transporte metropolitano. El Consell pide un mínimo de 38 millones este año. El Gobierno aceptó 10 millones con la enmienda de Cs y luego el PP logró 20 y 30 para los siguientes.

La influencia de Ábalos

El Consell confía en que la presencia de Ábalos en Fomento contribuya a una gestión más amable en materia de Infraestructuras con la Comunitat. Al mismo tiempo, el dirigente valenciano -que mantendrá la secretaría de Organización del PSOE- asume la cartera con mayor capacidad inversora de todas las del Gobierno. Un binomio, el de responsable de la organización del partido y ministro con notable capacidad de inversión, que con un horizonte electoral a la vista le sitúa en un puesto clave.

Ximo Puig se felicitó de la designación del nuevo titular de Fomento y consideró que «abre una puerta a la esperanza» para la Comunitat. Fran Ferri (Compromís) confió en que el nuevo ministro «revierta las políticas de inversiones antivalencianistas del PP» y Antonio Estañ (Podemos) también consideró que la suya es una cartera fundamental.

La sorpresa de Montón

La designación de Ábalos, de máxima confianza de Sánchez desde su primera etapa como líder del PSOE, contrasta con la de Carmen Montón. Fuentes del PSPV admitieron ayer su sorpresa -e incluso su enfado- por la designación de la consellera de Sanidad como nueva ministra del ramo, a pesar de que su nombre era uno de los que se había barajado en los últimos días -y ya formó parte del gobierno en la sombra que Sánchez nombró en 2016-. Porque desde esa fecha hasta ahora pasaron no pocas cosas en la relación entre el líder del PSOE y la dirigente valenciana. Montón, es cierto, se mantuvo fiel a Sánchez durante el golpe de estado que los barones protagonizaron contra el líder socialista y que acabó con su dimisión en el comité federal del 1 de octubre de 2016. Ximo Puig admitió entonces haber perdido su confianza personal en su consellera de Sanidad.

Pero no la destituyó. Ni lo hizo entonces, ni lo ha hecho a lo largo de la legislatura a pesar de que la gestión de Montón ha sido cuestionada prácticamente por todos los partidos del arco parlamentario valenciano. La consellera ha protagonizado una gestión de marcado carácter ideológico. Impulsó el decreto para poner fin al copago farmacéutico -luego recurrido por el Gobierno del PP ante el Constitucional-, abrió una batalla con el IVO en la que Puig se vio obligado a intervenir y se empeñó en la reversión de las concesiones hospitalarias, con una contundencia que llegó a ser cuestionada incluso desde su propio partido -por satanizar la colaboración con una iniciativa privada con la que, más pronto que tarde, tendría que volver a colaborar-. Montón se ha embarcado en mil y una broncas, también con miembros del Consell de Puig, como la vicepresidenta Mónica Oltra -a raíz de la fallida designación de su marido como gerente de Egevasa-. También con la Diputación de Castellón, por trasladar a fiscalía facturas supuestamente hinchadas y que terminó archivada.

La designación de Montón -tras la renuncia de Rafael Bengoa- sorprendió en amplios ámbitos del Consell, con los que la consellera mantenía una relación más que tirante. Ayer incluso se deslizó que durante esta última parte de la legislatura ha priorizado sus viajes a Madrid, quizá con la intención de preparar su marcha a la capital.

Como titular de las competencias de Bienestar Social, Montón se convierte en la responsable del ministerio con la que Oltra tendrá que negociar cuestiones vinculadas a su departamento. La otra derivada inmediata de la marcha de Montón es, obviamente, que Puig tendrá que remodelar su Ejecutivo. Dado el tamaño de la conselleria de Sanidad -la de mayor presupuesto de toda la Generalitat- parece muy improbable que el jefe del Consell opte por una solución más o menos provisional. Máxime después de que, hace sólo unas semanas, el propio presidente situara en la conselleria de Sanidad a dos altos cargos de su máxima confianza -Carmelina Pla e Isa Castelló-, precisamente para cubrir esa desconfianza existente hacia su consellera. Otra cosa sería que aprovechara la coyuntura para hacer cambios en alguna otra cartera.

¿La ministra de Puig?

Aunque Ábalos y Montón serán la cuota valenciana en el Gobierno de Pedro Sánchez, a Ximo Puig todavía se le podría atribuir, en sentido figurado, un ministerio más. La titular de Hacienda es María Jesús Montero, hasta la fecha consellera andaluza de Hacienda. Para la Comunitat Valenciana, que el responsable del departamento encargado de impulsar la reforma del sistema de financiación autonómica sea precisamente la consejera andaluza es la mejor noticia posible. Las coincidencias que ha mantenido el Gobierno de Puig con la Junta de Andalucía y con Susana Díaz en materia de financiación son máximas... con la única excepción de la quita de la deuda. Montero se ha expresado en alguna ocasión, durante su etapa como consejera andaluza, en contra de que el Gobierno condonara a algunas CCAA parte de su deuda. Y ese sí ha sido, en cambio, el criterio sostenido por parte del Gobierno valenciano.

Al margen de esa cuestión, Montero impulsó esa petición del Gobierno andaluz al ministerio de Hacienda dirigida a obtener luz verde para volver a salir a los mercados en busca de financiación. Se trata del mismo objetivo que se plantea la Comunitat, aunque el agujero en las cuentas valencianas le impide por el momento emprender ese viaje.

Luis Planas

Nacido en Valencia pero conodido por su etapa de consejero de Agricultura en la Junta de Andalucia. Luis Planas es el nuevo ministro de Agricultura del gobierno de Pedro Sánchez. La carrera política de Planas se inició en las Cortes como Diputado por Córdoba entre 1982 y 1987, para pasar a ser Diputado del Parlamento Europeo de 1987 a 1993. Volvería a Andalucía como Consejero de Agricultura y Pesca hasta 1995, cargo que repetiría en la Junta entre 2012 y 2013. Luis Planas fue Embajador de España en Marruecos de 2004 a 2010.

Ministro de Cultura y Deporte

Era el último ministerio por dar a conocer y también ha sido para un valenciano. El periodista y escritor Màxim Huerta ha aceptado el encargo de Pedro Sánchez como ministro de Cultura y Deporte.

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