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Ximo Puig y Carles Puigdemont, ayer en Barcelona. :: EFE/SUSSANA Sáez
Ximo Puig defiende una alianza con Cataluña para  plantar cara a Madrid

Ximo Puig defiende una alianza con Cataluña para plantar cara a Madrid

Dice que España precisa del arco mediterráneo para conectar con Europa y «ahí es donde le gustaría encontrarse al país de los valencianos con los catalanes»

BURGUERA

Miércoles, 18 de mayo 2016, 23:46

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barcelona. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ofreció ayer un pacto a los catalanes. Sumar los intereses en materia de financiación, inversiones y política territorial entre la Comunitat y Cataluña para hacer un frente común ante «las élites centralistas», que encarnó en la política del PP desde el Gobierno central e instituciones como el Constitucional.

La lucha contra la «recentralización» que el líder del PSPV detecta desde Madrid fue el eje sobre el que pivotó la conferencia del jefe del Consell en el Hotel Palace de Barcelona, a la que asistieron miembros del Govern de Puigdemont (con el que se reunió horas más tarde) así como destacadas figuras del sector económico y empresarial catalán.

Puig apeló a las teorías socioeconómicas de uno de los iconos del PSPV, el catalán Ernest Lluch, con el que el presidente valenciano así como buena parte de los dirigentes socialistas de la Comunitat mantuvieron una excelente relación. «Un mes antes de que ETA le asesinase, hablé con Lluch en un restaurante de aquí y me comentaba que para unir a España había que sumar afectos. La única posibilidad de que el Estado central prospere es que Madrid acepte la fuerza del arco mediterráneo y se conecte con él para relacionarse con el centro de Europa. El país de los valencianos está muy agradecido a Lluch, reconocemos su valor porque destapó la importancia de la industrialización en la Comunitat. Ahora queremos que renazca el 'trellat', el 'seny' que dicen ustedes, los catalanes, pues mantenemos diferencias lingüísticas. Ahora los valencianos estamos dispuestos a que se nos vea como somos. No seremos una periferia invisible ni aceptaremos el interés general de España si no es también el nuestro, queremos un reequilibrio que nos permita compartir una España con sensibilidad mediterránea, ahí es donde el país de los valencianos le agradaría encontrarse con Cataluña».

El discurso de Puig pretende transmitir el mensaje a los catalanes de que 'queremos que os quedéis con nosotros porque Madrid nos perjudica por igual y juntos lograremos más que separados'. De hecho, Puig incorporó a su discurso original un comentario respecto a la desestimación del recurso de la Generalitat ante el Constitucional por los Presupuestos Generales del Estado de este año que hiló con lo que él considera un descontento generalizado en todas las comunidades autónomas del arco mediterráneo por la política que se practica desde el Ejecutivo central.

«El viaje a la recentralización ha generado descontento, especialmente por el mantenimiento del aparato estatal a pesar de la cesión de competencias a las autonomías, lo que supone que el Estado del Bienestar lo sostienen los diferentes gobiernos regionales. Las élites centralistas han continuado estando presente en las decisiones que nos afectan a todos, especialmente las relacionadas con las inversiones, el modelo de financiación o la estructura del Estado. Hay un monopolio de la idea de qué es España y qué le conviene, un proceso de centralización que se agudiza durante la crisis, para reducir la autonomía de cada uno, especialmente en la zona del Mediterráneo. Ya pasó con el Estatuto de Cataluña y ahora, hoy mismo, a vuelto a pasar al rechazar el recurso valenciano a los presupuestos del Estado».

Ante un auditorio plagado de personalidades relacionadas con un nacionalismo moderado, ese que puede ser considerado como 'el de toda la vida', el presidente socialista valenciano quiso hacer hincapié en que «el anticatalanismo proporciona votos y en el cálculo electoral de quienes lo practica les mueve actuar a corto plazo».

«En los últimos días, una de las nuevas caras del PP dijo en Alicante que el Consell es el banco de pruebas del pancatalanismo», recordó en referencia a Pablo Casado, el dirigente popular, frente a lo cual, Puig aseguró que a su Consell «nos preocupa mucho esa situación». Con el fin de abordar «la cuestión plurinacional» que Puig considera que el Estado no puede afrontar desde el actual sistema autonómico, por haberse «agotado», el presidente de la Generalitat propuso poner el acento en una actuación relacionada con cinco temas que necesitan revisión. En primer lugar, reivindicó que el Estado actúe con mayor «lealtad institucional» respecto a las CC AA, y recordó que la Administración central «no gobierna las autonomías, sino que debe colaborar con sus distintos gobiernos», y enumeró varios asuntos relacionados principalmente con la recaudación de impuestos para remarcar lo que él señaló como una relación desleal. Puig recordó las deficiencias del modelo de financiación y los desequilibrios que provoca, propuso la revisión de las contribuciones de los territorios forales, exigió una recaudación de tributos de tinte federalista y la creación de fondos de compensación. También reclamó inversiones repartidas de manera lógica en toda España, y recordó que hace ya cien años se reivindicaba la creación de un corredor mediterráneo aún sin terminar.

El político valenciano abogó por la necesidad de caminar hacia el federalismo (ahí hizo un guiño a la intención de Zapatero de convertir a Barcelona en la sede de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones «y ya sabemos cómo acabó aquello»), y resaltó la inutilidad del Senado si no se reconvierte en una cámara territorial asimétrica al Congreso, una idea que sirvió las pasadas semanas para justificar su intento de acudir a las elecciones junto a Compromís y Podemos en las candidaturas al Senado, una intención desautorizada por su propio secretario general, Pedro Sánchez, si bien Puig señaló que el culpable del fracaso de esa estrategia fue la «interferencia» de Pablo Iglesias al querer extender ese pacto a toda España.

«En este marco autonómico agotado, la Comunitat ha iniciado un nuevo camino. La vía valenciana sí existe, y se basa en el diálogo, la concertación, la superación del partidismo y buscar el bien común», señaló Puig, una vía a la que invitó a sumarse a los catalanes. El discurso del presidente del Consell fue alabado por su homólogo en la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez, presente también en Barcelona acompañando a Puig. Éste valoró su «capacidad de diálogo», destacó que la «vía valenciana es la del diálogo franco» y reivindicó los «fuertes intereses económicos» con los vecinos del norte.

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