Ribó lanza un órdago y anuncia que dimitirá si le investigan por el viaje
El alcalde sugiere que el PP denunció su caso para ocultar el blanqueo de los 1.000 euros y olvida que Compromís también llevó a Barberá ante la fiscalía
A. RALLO
Miércoles, 9 de marzo 2016, 00:20
El alcalde de Valencia, Joan Ribó, dejó ayer su futuro político en mano de los jueces o, mejor dicho, de la decisión que tome el fiscal que ya investiga su viaje a Galicia. El responsable municipal, acompañado de una comitiva de once personas, acudió el pasado mes de noviembre a unas jornadas en A Coruña bautizadas como los alcaldes del cambio. El PP sostiene que era un acto de partido y el Consistorio no debió sufragar los 7.200 euros de gastos. Ribó, en cambio, defiende que se trataba de un acto institucional. El ministerio público abrió diligencias de investigación penal para aclarar esta cuestión.
El cargo público se mostró tremendamente tranquilo hasta tal punto que condicionó su cargo a la decisión del fiscal. Se trata del mismo instructor que analiza desde hace meses las facturas de supuestos gastos de representación de Rita Barberá durante la última legislatura. Ribó adelantó que estará «obligado a dimitir» en el caso de que un juez le investigue (nueva fórmula para designar a los imputados). El alcalde subrayó que es «coherente» y debe aplicarse a sí mismo lo que pide a otros partidos.
Adelantarse a la fiscalía
Ribó hizo estas declaraciones tras asistir a la conferencia del presidente de las Corts, Enric Morera, en el Forum Europa Tribuna Mediterránea. El responsable municipal decidió enviar -antes incluso de que fuera requerido por el propio fiscal- diversa documentación para tratar de acortar las pesquisas. Así, presentó la convocatoria oficial del acto, dado que «no es un acto de campaña, es una convocatoria oficial», así como el resumen de las reuniones y las actas en las que constan los participantes y las conclusiones.
La fiscalía ya analiza estos expedientes. Podría solicitar más documentación al Ayuntamiento o a otros organismos. Incluso citar a testigos. El fiscal tiene un año por delante antes de pronunciarse, aunque el plazo se puede prorrogar.
Una vez completadas todas las diligencias que crea convenientes, sólo tiene dos caminos. Uno -el más probable- sería el archivo de la investigación. El otro, llevar el asunto al juzgado. En este supuesto, al ser un escrito enviado por la fiscalía, la citación a declarar como investigado sería casi inmediata. Sería entonces cuando la palabra de Ribó le comprometería a dimitir.
El primer edil recordó que la documentación de este viaje fue entregada a raíz de una pregunta del PP en el pleno del 23 de diciembre y «mucho tiempo después, cuando tenían todo el problema de los 1.000 euros, lo llevan a Fiscalía». Por ello, ha señalado que el PP «debería mejorar su productividad a la hora de analizar la información» que le proporciona el equipo de Gobierno. Apuntó que la intención de aquello era «hacer una cortina de humo respecto a sus propios problemas».
La denuncia por los gastos de Baberá que amenaza con convertirse finalmente en una imputación también partió de un partido político, en este caso Compromís. Además, se produjo en plena campaña electoral, lo que de igual modo podría interpretarse como una fórmula de obtener beneficios electorales.
El responsable, en cualquier caso, insistió en la coherencia de su carrera política. «Lo que le pido al PP nos lo debemos aplicar todos, es una cuestión lógica y normal. No es que estoy dispuesto a dimitir, es que estoy obligado a dimitir, yo soy coherente, claro que sí, utilizo la norma para todos de la misma manera, pero estoy muy tranquilo. Las normas de lucha contra la corrupción para nosotros son iguales para un partido que para otro, para gobierno y oposición».
El viaje se realizó a finales del pasado mes de noviembre. A la ciudad gallega asistió Ribó acompañado, entre otros, por la delegada de Cultura, Glòria Tello, junto a los tres miembros de València en Comú en el Consistorio, Jordi Peris, María Oliver y Roberto Jaramillo. El PP considera que se trata de un acto de «precampaña electoral» y de la coalición política con la que el ahora alcalde se presentó a las elecciones del 20 de diciembre, «conformada por Podemos, Barcelona en Comú, Mareas y Compromís».