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Los pilotos ruedan en Montreal.
Derechazo de Hamilton al campeonato
GP DE CANADÁ

Derechazo de Hamilton al campeonato

La victoria del británico en Canadá, su trazado favorito, le coloca muy cerca del liderato del campeonato

David Sánchez de Castro

Domingo, 12 de junio 2016, 02:41

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La lucha por el campeonato del mundo se va a decidir a cara de perro. Lewis Hamilton y Nico Rosberg no van a ceder ni un milímetro, como se demostró de manera literal en el Gran Premio de Canadá. El alemán, que sigue líder de la clasificación, vio cómo su compañero le echaba de pista en la primera curva del trazado Gilles Villeneuve en una acción que, si bien fue legal y ni siquiera mereció investigación por parte de los comisarios, dejó claro que la relación entre ambos dista mucho de ser buena.

Ese fue el primer derechazo de un Hamilton que se transmutó en Muhammad Ali. Sebastian Vettel salió mucho mejor que él, pero tras quitarse de encima a Rosberg, el vigente campeón del mundo comenzó un juego de pies letal para el de Ferrari. Desde el muro italiano intentaron cambiar el guión, con una estrategia que les salió mal. Hamilton no se bajó a la lona, y resistió contra las cuerdas haciendo sólo un cambio de neumáticos, el obligatorio, para montar unos neumáticos blandos que sólo tienen de tal el calificativo: duraron 46 vueltas, y no fue el récord de la carrera, que se quedó en manos de Fernando Alonso. Mientras Vettel intentaba sorprender con una carrera ultrablandos-blandos, Hamilton mantuvo la vieja idea de que todo lo que sea parar en boxes es perder tiempo.

Vettel intentó aplastar a Hamilton, pero para cuando levantó los puños y comenzó a hacer vueltas rápidas, el británico ya se había ido demasiado lejos. Los rounds (vueltas) pasaban inexorablemente y la diferencia nunca hizo pensar que iba a peligrar la quinta victoria de Hamilton en el ring de Montreal. Junto a ellos acabó en el podio el silencioso, pero constante, Valtteri Bottas. Mientras Felipe Massa se veía obligado a abandonar, en un circuito donde la potencia es clave el finlandés de Williams (motorizado Mercedes) consumó un tercer puesto que le mantiene como uno de los más constantes de los últimos años.

La emoción, no obstante, estuvo más atrás. Max Verstappen y Nico Rosberg quedaron emparejados al final de la prueba, cuando el holandés nacido belga demostró que a redaños no le gana nadie. Con unos ultrablandos prácticamente en las lonas resistió los envites de un Rosberg que sólo pensaba en minimizar daños. El alemán vio que no iba a poder con el imberbe de Red Bull, y se conformó con un quinto puesto.

Mientras, por delante, Hamilton entonaba el ya mítico floto como una mariposa, pico como una abeja que inmortalizó Ali. Ya sólo son nueve puntos los que separan a los dos corredores de Mercedes.

Sainz remonta un poquito

Una pésima clasificación, unido a la posterior sanción por sustituir caja de cambios, obligó a Carlos Sainz a partir desde la 20ª plaza de la parrilla. El sábado por la noche aseguraba en twitter que le tocaba remontar un poquito. Ese poquito acabó traducido en once posiciones, que no sólo suponen su récord personal en la Fórmula 1, sino que además reconcilia a quien no creía en los estrategas de Toro Rosso. El piloto español imitó, en cierta medida, la estrategia de Red Bull: entrar pronto, montar neumáticos blandos y luego acabar con ultrablandos. Le salió a la perfección: de ir peleando por el 14º puesto se vio pronto en la zona de puntos asentado, para acabar noveno. El resultado es más que óptimo, visto lo cuesta arriba que se le había puesto el fin de semana, con el añadido de que lo consiguió sin circunstancias excepcionales como la lluvia o la aparición de un coche de seguridad real.

El que sí se desplegó fue el virtual, debido a una avería de McLaren. Jenson Button vio cómo su MP4-31 empezaba a echar llamas por el escape en la vuelta once, una noticia nada halagüeña para un Fernando Alonso que fue de más a menos. El español sufrió con los neumáticos, sufrió con la falta de potencia de su McLaren Honda que estaba reglado pensando en la lluvia y sufrió hasta el punto de pedir abandonar. Al final, el español se quedó a las puertas de los puntos, con un undécimo puesto que no sabe a nada.

Alonso ejercerá de embajador el próximo fin de semana en el resucitado GP de Europa, que estrena el circuito urbano de Bakú. Las incógnitas que supone el trazado azerí serán suficientes como para intentar quitarle foco a las 24 horas de Le Mans, una de las pruebas reinas del automovilismo y que, por obra y gracia de Bernie Ecclestone, coinciden los mismos días.

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