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El concertino Palomares entregó ayer una batuta a Traub. :: e. ripoll
El emotivo adiós de Yaron Traub

El emotivo adiós de Yaron Traub

El Palau de la Música despide al director israelí con minutos de aplausos, ovaciones y el obsequio de una batuta

CÉSAR RUS

Sábado, 27 de mayo 2017, 01:00

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Se acabó. El mandato de Yaron Traub al frente de la Orquesta de Valencia concluyó anoche. El último concierto del maestro como titular de la formación fue muy emotivo. El público mostró su gratitud en forma de minutos de aplausos y ovaciones sentidas. El Palau de la Música, en manos del concertino Enrique Palomares, le entregó una batuta de titanio a Traub en reconocimiento a su labor y dedicación.

El maestro se hizo cargo de la situación. Consciente de que el de anoche fue su último concierto como titular, salió hasta tres veces para recibir los aplausos de los asistentes, entre los que figuraban el alcalde de Valencia, Joan Ribó, y la concejal de Cultura, Glòria Tello.

«Ha sido un privilegio estar 12 años en Valencia», dijo Traub ante una sala repleta. El maestro confirmó que volverá el próximo año como director invitado. Además, el músico israelí tuvo palabras de recuerdo para las víctimas del atentado terrorista de Manchester a las que brindó 'El idilio de Sigfrid', que Wagner dedicó a su hijo.

Antes del último acorde de 'El caballero de la rosa', de Strauss, el público le ovacionó. Ante los aplausos, la Orquesta de Valencia se puso en pie. La despedida fue emotiva.

La próxima temporada Traub dirigirá tres conciertos y todo apunta a que no se desligará del todo de la formación. Pero lo cierto es que su época ha llegado a su fin. Han sido doce años transcendentales para la agrupación que han transformado a la orquesta y a su lugar dentro del panorama nacional. El joven director tenía el aval de haber sido asistente de Daniel Barenboim en Chicago y Bayreuth y al final la dirección del Palau apostó por el nuevo talento.

Traub heredó de Gómez-Martínez una orquesta que había avanzado un mundo a nivel técnico desde la titularidad de Manuel Galduf (que estuvo 14 años al frente de la orquesta) y había aumentado su nivel de profesionalidad; sin embargo, tenía notables carencias, en particular en la cuerda. Desde el primer momento el maestro israelí trabajó ese aspecto y los resultados se empezaron a notar ya el primer año. Traub se volcó también en la mejora artística de las interpretaciones.

El tercer pilar que ha sustentado la titularidad de Yaron Traub ha sido su estrecha relación con artistas de primer nivel. El propio Daniel Barenboim es un buen ejemplo y, de hecho, la Orquesta de Valencia es la orquesta española con la que más ha trabajado. Pero además, también gracias a él, se ha contado durante todo este tiempo con la presencia de una artista de primer nivel como es Waltraud Meier, quien ha cantado prácticamente todo su repertorio de lied sinfónico e incluso una parte importante del operístico en forma de actos de óperas. La última vez fue hace solo unas semanas con la tercera de Mahler. Además, otros artistas han colaborado con la orquesta gracias a la presencia de Traub, como Radu Lupu.

Sin embargo, en los últimos años su trabajo ha vivido cierto declive. Había en la orquesta y en un sector del público la sensación de estancamiento. El repertorio de Traub tendía a ser algo repetitivo y la formación, cada vez más, caía en cierta rutina.

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