Borrar
Urgente El nuevo precio del tabaco desde hoy, en el estanco y con recargo: cambia en Marlboro, Chesterfield o Phillip Norris

ETA de principio a fin

DIEGO CARCEDO

Miércoles, 25 de abril 2018, 10:50

Comenta

Desde el principio al fin ETA se ha mantenido fiel e imperturbable en su instinto criminal. Más de medio siglo asesinando a cuanto se movía, lo mismo guardias civiles que concejales, niños o mujeres, y ahora pretende despedirse de sus víctimas, que somos todos, como si en todo este tiempo de terror continuo no hubiese pasado nada. Como si de pronto los ochocientos muertos largos que deja como herencia siniestra en los cementerios se pudieran olvidar y perdonar igual que si se hubiese tratado de una broma, pesada pero una broma.

Resulta muy difícil explicar la maldad que concentró y conservó la banda a pesar de moverse en un ambiente, como es la sociedad vasca, de buena gente, noble y frontal. ETA fue durante décadas una pesadilla sangrienta que hizo sufrir a centenares de familias, pasar miedo a muchos millares de personas atemorizadas y perturbar la vida cotidiana, laboral y social de millones de ciudadanos a quienes si de algo se les podía culpar era de querer la paz, defenderla y proteger a los demás.

La calaña que la banda reflejaba -y de hecho aún reflejan sus restos- es que esta organización de tan triste recuerdo no permitía ni la compasión ni el remordimiento. Nunca demostró sentir estas actitudes ni siquiera ahora que derrotada, repudiada por todos, incluidos muchos de los que antes la aupaban, está siendo capaz de un gesto claro de rechazo del dolor total causado. Todavía a la hora de pedir perdón por el daño se muestra cicatera hasta la náusea como si la vida solo fuese derecho de algunos.

Ni siquiera está siendo capaz de reconocer que los muertos, todos, da igual en qué situación fallecieron, son iguales y que quienes sufren sus pérdidas también son seres humanos. Mientras los países libres y democráticos, entre ellos España, hace tiempo que han abolido la pena de muerte, ETA siguió aplicándola a su voluntad y continúa justificándola: como algo normal de lo cual parece hasta sentirse orgullosa. Sus integrantes pasados y presentes no deberían sentir nada de qué enorgullecerse, todo lo contrario: han fracasado en cuanto se han propuesto.

Bueno, en todo no. No hay que quitarles el deshonroso mérito de dejar para la historia un rastro de sangre que la sociedad no olvidará. En eso sí han ganado. A cambio han perdido la siniestra aventura que emprendieron, han perdido la lucha en que se habían empeñado y muchos todavía la libertad, han perdido el honor de ciudadanos honrados y no han conseguido ni uno sólo de los objetivos propuestos. Antes al contrario, el Estado de derecho que desafiaron ha logrado derrotarlos y, a través a través de los resortes de la democracia convertir a Euskadi en una región cuya autonomía es modélica en Europa.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias ETA de principio a fin