Los jugadores del Valencia, durante el Trofeu Taronja. Iván Arlandis

El valencianismo recupera la ilusión

Los nuevos fichajes y la buena imagen mostrada en el Taronja avivan la llama para el inicio de la Liga. La mano de Corberán desde el banquillo y el apoyo de Mestalla se presentan como las bazas de un equipo que aspira a no sufrir más

Marc Escribano

Valencia

Martes, 12 de agosto 2025, 00:35

Algo ha cambiado en el Valencia. Se respira un ambiente diferente. Quizá, por primera vez desde la pandemia, el inicio de Liga llega con ... la afición ilusionada y no cabizbaja, enfurecida y cansada. Y es que esta siempre es una semana especial. Los abonados ya hacen la cuenta atrás para esa noche del sábado (21:30 horas) en la que regresarán a su butaca de Mestalla para ver cómo su equipo se mide con la Real Sociedad en la primera jornada.

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La situación sería opuesta de no ser por los múltiples fichajes que han llegado durante estos últimos días —Baptiste Santamaria, Filip Ugrinic y Arnaut Danjuma—, junto con las renovaciones de Javi Guerra y César Tárrega, además de la victoria por 3-0 ante el Torino en el Trofeu Taronja. Tres ingredientes más que necesarios para cambiar el ánimo de una afición que, no obstante, no olvida ni perdona a Peter Lim, el cual siguió recibiendo protestas y cánticos durante la presentación blanquinegra.

Y es que una cosa no quita la otra. Se puede seguir haciendo oposición a Meriton, pero disfrutando de lo que hace el equipo sobre el césped y de lo que transmite cuando no está en él. Los movimientos del Valencia en este mercado de fichajes denotan que, al menos, hay algún tipo de idea planificada a medio-largo plazo, y que no se ficha por fichar como había sucedido recientemente. Ya no se regatea ni se negocia hasta el último minuto para rascar unos pocos miles de euros. Ahora se cierran operaciones en pocos días y los jugadores llegan con traspasos que no hacen que los aficionados se lleven las manos a la cabeza —como sucedió, por ejemplo, con Cenk Özkacar, ya cedido en el Colonia— ante la inoperancia de la dirección deportiva.

La llegada de Ron Gourlay como nuevo CEO de fútbol parece haber instaurado un poco de cordura en el Valencia. El dirigente británico expondrá su proyecto este miércoles en su primera rueda de prensa, un momento también muy esperado por la afición. El mensaje que transmita el escocés podrá terminar de descorchar el champán de la ilusión, algo necesario para cambiar esa mentalidad derrotista que se había instaurado en el imaginario valencianista por culpa de la descapitalización que había estado llevando a cabo la familia Lim en los últimos años. Las dolorosas salidas de Cristhian Mosquera y Yarek Gasiorowski parecen haber sido las últimas de un tiempo pasado. El blindaje de las jóvenes promesas del equipo refuerza la posición del club de cara a futuras negociaciones, y esgrime que desde dentro se cocina un proyecto que aspira a, como decía el comunicado de Gourlay, regresar a la élite europea.

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Y es que ese, aunque no se verbalice, debe ser el objetivo de esta plantilla. Si se consigue mantener la buena dinámica conseguida desde la llegada de Carlos Corberán en la segunda vuelta de la pasada temporada, el Valencia aspirará a estar en la zona noble de la clasificación. Dependerá también de si sus rivales directos por estas cotas —Sevilla, Real Sociedad, Celta, Mallorca, Rayo, Osasuna, por nombrar algunos— se mantienen en su línea o dan un paso atrás, que bien podría aprovechar el equipo blanquinegro, que confía en dos bazas para dejar la zona baja de la clasificación y empezar una temporada pensando en algo más que en sumar los 40 puntos cuanto antes para evitar el descenso.

El mercado, no obstante, no está cerrado. Se tienen que cerrar las ventas de André Almeida al Trabzonspor y de Fran Pérez al Rayo Vallecano. Y después, las salidas de Sergi Canós, Hugo Guillamón, y quizá Stole Dimitrievski. Luego, se buscará un nueve que compita con Hugo Duro, con candidatos como Iván Azón, Cyle Larin o Umar Sadiq, además un jugador más para las bandas. Es decir, todavía queda trabajo por hacer en las oficinas.

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Dos claves en el Valencia

La mano táctica de Corberán se antoja clave para el Valencia. El libreto del pupilo de Marcelo Bielsa, con sus dibujos variantes y su potenciación de futbolistas es uno de los principales baluartes del equipo. El respeto que se ha ganado ya el entrenador valencianista a nivel nacional e internacional es palpable. No es un chico nuevo en la oficina, es ya una realidad consolidada, y ahora afronta su primer curso en la élite con su pretemporada y una plantilla hecha a su medida.

También será importante el apoyo de Mestalla, como todos los años, aunque existe un runrún en gran parte de la afición de que todavía hay un problema a resolver en el estadio: la animación. La Grada Joven promovida por Anil Murthy no ha mantenido el nivel que aportaba la antigua Curva Nord —con sus pros y sus contras—, una realidad que hasta los propios futbolistas han constatado. No es lo mismo jugar en el Mestalla actual que en el de hace unos años. La presión constante de la afición, con cánticos y ruido para desentonar al rival, es algo que siempre tiene efecto.

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