Lección aprendida y un equipo reconocible
Tras la dura derrota en Barcelona había que tomar nota y contra el Athletic se estuvo a la altura
Primer enfrentamiento del Valencia tras la abultadísima derrota en Barcelona. Con tiempo suficiente para el análisis, la reflexión, la corrección y el compromiso de cambio. ... No parece que sea tanto, pero, como decía Guus Hiddink, un jugador que llega a este nivel, Primera División, no debe tener tantos problemas para entender lo que se le pide. Una semana incómoda. Es cierto que sólo eran tres puntos, los mismos que se disputan en cualquier otro partido, pero el desastre fue tal, que se debe pensar en mejorar los planteamientos y, sobre todo, la ejecución de esos planteamientos.
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Hay muchas otras cosas, pero en un sistema 5-4-1, y replegado atrás, si no defiendes convenientemente, estás liquidado, al menos contra un equipo como el Barça. Aunque defiendas por acumulación, presionar hacia adelante es indispensable en este tipo de situaciones, algo que nuestro equipo no supo poner en práctica, y que finalmente nos reventó. Estoy seguro de que este planteamiento no será el elegido prácticamente contra ningún otro rival, pero si llega el caso, ejecutarlo bien, será de obligado cumplimiento.
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No esperábamos revolución, pero quizá sí algún cambio en la alineación. Tampoco en justo valorar actuaciones individuales en un solo partido, y además contra el Barça, pero algo diferente, sí esperábamos. También es cierto que, en esta situación, mantener la cabeza fría te ayuda a valorar mejor lo ocurrido, y decidir de manera más conveniente y acertada. Mucho análisis, exigencia absoluta, y a continuar. Ellos, los profesionales, son los que nos llevarán al éxito o al fracaso. Y decidir en consecuencia, sin populismos, generando compromiso, comprensión y continuidad. No romper la baraja, todo por el aire y que sea lo que Dios quiera. NO.
Y todo esto ante un Athletic de Bilbao que llegaba a Mestalla tras dos derrotas consecutivas en el Nuevo San Mamés, en liga contra el Deportivo Alavés y en Champions League ante el Arsenal. Un rival duro, que tiene una fe inquebrantable y que, con un juego muy reconocible, de la mano de Ernesto Valverde, está compitiendo maravillosamente bien. Sin Nico Williams, pero con futbolistas muy a tener en cuenta y como digo, con una fe y un convencimiento, que para nosotros me gustaría.
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Afortunadamente, y como dijo Corberán, se aprendió de los errores y la afición sintió el orgullo con un Valencia más reconocible. Cuando el partido se adueñó de las idas y venidas, se supo llevar hacia el territorio blanquinegro. El cansancio del Athletic, la expulsión de Vivian y la pizarra en un córner hizo posible el triunfo.
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