El impacto de la dana cuadruplicó la superficie de la laguna de la Albufera
Medio Ambiente publica el primer informe del estado del paraje tras la riada y no detecta mortandad de fauna a causa de los sedimentos
Se puede repetir una y otra vez, pero qué importante fue la Albufera para aminorar los efectos de la riada. El paraje fue un elemento ... natural fundamental para la provincia de Valencia a la hora de aliviar el efecto de las inundaciones del 29 de octubre. Aquella noche el parque natural absorbió un total de 170 hectómetros cúbicos (hm3), lo que provocó que la laguna casi cuadruplicara su tamaño. Nueve meses después de este trágico episodio, la conselleria de Medio Ambiente ha publicado el primer informe preliminar acerca de los efectos de la barrancada sobre el paraje más preciado de Valencia.
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A través de una serie de estudios coordinados de universidades, centros de investigación y administraciones públicas, se estos informes evalúan con detalle la magnitud de los cambios ecológicos, hidrológicos y geomorfológicos que se han producido como consecuencia de la barrancada de octubre. En este sentido, el primer documento trimestral asegura que la Albufera logró retener más de 170hm3 de agua, lo que evitó inundaciones en zonas urbanas cercanas. De hecho, ese efecto 'esponja' del paraje ha servido de ejemplo para pensar en medidas naturalista de cara a la recuperación de la provincia, como es el proyecto de los corredores verdes en las riberas del Poyo y el Turia.
Tras la absorción de esta cantidad de hm3 la morfología de la laguna cambió por completo. Si la situación ideal es que la lámina de agua se encuentre a unos 10 centímetros sobre el nivel del mar, aquella noche alcanzó los 110 centímetros de altura. Del mismo modo, la superficie inundada para esa época del año (21 km2 de la laguna) casi se cuadriplicó hasta llegar a 70 km2 el total del paraje inundado. Un exceso hídrico que obligó, de manera inmediata, a la apertura de las compuertas de las golas para conseguir suavizar los efectos de la inundación. De hecho, el informe confirma los estudios previos que informaron que el mantenimiento de las compuertas abiertas por tiempo indefinido renovó por completo el agua de la laguna. Durante las dos primeras semanas los niveles de clorofila y oxígeno en el fondo se estabilizaron y la Albufera gozó de una salud sin precedentes. Sin embargo, cuando se estabilizó el uso de las golas la lámina de agua volvió a los niveles habituales de sedimentos.
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Por otro lado, el documento explica que la entrada de aguas residuales fue un habitual en el paraje desde su cara norte por el colapso y destrucción de las redes de saneamiento. Esto fue durante el mes de noviembre, hasta que la conselleria de Medio Ambiente consiguió poner en marcha de nuevo todas las depuradoras de la red. En esta línea, los análisis realizados en el parque natural detectaron un total de 147 contaminantes emergentes en las primeras 15 muestras de agua. Entre las sustancias percibidas más relevantes se ha podido cuantificar la presencia de ibuprofeno (796 nanogramos/litro) y paracetamol (11 nanogramos/litro). Sustancias cuya presencia, por supuesto, debería ser inexistente en cualquier entorno natural. Muchos de estos contaminantes, según refleja el informe, no se habían percibido nunca en el paraje.
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Pese a ello, el documento celebra que no se detectaron efectos agudos de estos contaminantes que causasen mortandad de fauna acuática. Sin embargo, el informe avisa: «Aunque los niveles no alcanzan umbrales de toxicidad aguda para la fauna acuática, sí representan un riesgo ecológico a largo plazo, especialmente por su persistencia y capacidad de bioacumulación». Por este motivo, Medio Ambiente indicó que se están realizando análisis de contaminantes en peces para determinar sus «niveles subletales», en definitiva, se grado de afección negativa. Además, en lo que a la fauna se refiere también se informa que otras especies habituales en la Albufera como las aves o los galápagos (tortugas) se adaptaron a los cambios que generó la barrancada y mostraron «una gran resiliencia». También ayudó que los puntos de interés para la conservación, en su mayoría, no se vieron gravemente afectados.
Respecto a la batimetría de la laguna (conocer el estado del fondo e identificar puntos de colmatación por la acumulación de fangos) todavía no hay datos disponibles, pues el estudio comenzó durante el mes de julio. De lo que sí hay datos es de las zonas más afectadas para el cultivo del arroz. En este sentido, son el Tancat del Bony y el Tancat del Alfarenc en Catarroja y el marjal de Massanassa las áreas más castigadas. Un primer estudio cuantificó en 260 ha la superficie sin cultivar, 1,86% del total del arrozal. El informe expone también que según avanzaban las tareas de reconstrucción, se han ido inundando las zonas del marjal de Massanassa. A mediados de julio del 2025 Medio Ambiente afirma que no se han inundado aproximadamente una 144 ha, lo que representa un 0,82% del arrozal que no se ha podido cultivar tras el evento de la dana del pasado mes de octubre.
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