Imagen de la pérgola que se instalará en Valencia. Ayto VLC

Valencia prueba una macropérgola que logra reducir la temperatura hasta 15 grados en olas de calor

El Ayuntamiento instalará la infraestructura en el CEIP Ballester Fandos tras presentar el proyecto en Portugal

Gonzalo Bosch

Valencia

Lunes, 13 de octubre 2025, 11:42

La Valencia que mira al futuro desde el punto de vista de la sostenibilidad ya está aquí, o al menos está en camino. Las olas ... de calor son episodios cada vez más largos e intensos en las ciudades mediterráneas, por lo que son necesarias medidas basadas en la naturaleza para reducir el impacto de las altas temperaturas en la actividad humana. Por ello, el Ayuntamiento de Valencia instalará en el CEIP Ballester Fandos del barrio de la Malvarrosa una biopérgola de 100 metros cuadrados que reduce hasta en 15 grados la temperatura ambiente en épocas de olas de calor.

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La Fundación municipal València Clima i Energia ha presentado en ha presentado en Funchal (Madeira, Portugal) el proyecto europeo EnerCMed, en el marco del encuentro «Genesis Clustering Workshop», organizado por el proyecto europeo Génesis de la Unión Europea y dedicado a compartir soluciones innovadoras frente al cambio climático en las zonas marítimas y costeras. Se trataba de un evento celebrado en la Universidad de Madeira donde representantes educativos, tecnológicas y administraciones locales presentaban ideas para frenar el impacto del cambio climático basadas en la naturaleza.

En este sentido, la entidad dependiente del Ayuntamiento de Valencia ha recibido la aprobación de su proyecto para minimizar el impacto del calor en centros escolares del barrio de la Malvarrosa. Por un lado, la Fundación ideó la construcción de una pérgola con tecnología para dispensar agua vaporizada y que se instalará en el CEIP Ballester Fandos. Esta estructura tendrá una dimensión de 100 metros cuadrados que será capaz de reducir entre 5 y 7 grados la temperatura ambiente en días normales de calor y hasta 15 o 16 grados el épocas de ola de calor.

«Desarrollada por las empresas valencianas Fent Estudi y G-Agua, la biopérgola combina sombra estructural y ventilación natural asistida mediante refrigeración evaporativa, sin emisiones contaminantes ni consumo energético elevado. El sistema funciona de forma similar al principio físico de un botijo: el aire se enfría al pasar por paneles humidificadores que evaporan agua, reduciendo la temperatura de manera natural. Con un consumo eléctrico de entre 200 y 1000 W y un gasto de agua de solo 2 a 6 litros por hora, el dispositivo puede mantener una temperatura interior de entre 20 y 25 °C incluso durante episodios de calor extremo», ha explicado el Ayuntamiento.

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Se trata de un trabajo realizado por la Fundación València Clima i Energia en colaboración y asociada con la Universidad de Chipre. Dicha institución ha sido la encargada de validar el prototipo y además será donde se construya. El coste de la infraestructura roza los 19.000 euros y estará financiado con fondos europeos.

El concejal de Mejora Climática y presidente de València Clima i Energia, Carlos Mundina, ha destacado que «esta actuación simboliza el compromiso de Valencia con la adaptación climática desde una perspectiva innovadora, social y educativa». Según Mundina, «con la biopérgola del Ballester Fandos damos un paso más en la lucha contra el calor extremo en los colegios, creando espacios más saludables y sostenibles que refuerzan nuestra Misión Climática València 2030 y las políticas municipales de mitigación del cambio climático», ha afirmado Mundina.

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Dentro de la iniciativa EnerCMed impulsada desde el Ayuntamiento también se ha dado el visto bueno a un segundo proyecto piloto, esta vez ubicado en el CEIP Ausiàs March de Nazaret. En esta ocasión, la iniciativa está basada en un proceso participativo para renaturalizar el patio del centro, en colaboración con la organización Democratic Society y con el apoyo técnico de València Clima i Energia.

La directora del centro, Pilar Fernández, ha explicado que «el proyecto de renaturalización del patio nos ilusiona especialmente, no solo por su aportación frente al reto climático, sino también por la oportunidad que representa para mejorar el bienestar de nuestro alumnado y de toda la comunidad educativa». Según Fernández, «la iniciativa se está desarrollando con un enfoque participativo y colaborativo que está resultando muy enriquecedor y que nos permite repensar el espacio escolar desde una mirada climática y pedagógica a la vez».

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