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Un miembro de la Unidad Militar de Emergencias desinfectando una residencia. efe/ Kai Fösterling

«Una residencia no puede esperar Epis una semana, la gente muere»

La doctora Pinazo, autora del informe que duda del actual modelo geriátrico, critica la «poca atención» que han recibido estos locales en la pandemia

Francisco Ricós

Valencia

Viernes, 1 de mayo 2020

Sacramento Pinazo, doctora, profesora de Psicología Social, y presidenta de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, es la autora de un informe en el que cuestiona la gestión de la administración autonómica con las residencias de mayores durante la pandemia del Covid-19. En ese estudio, elaborado para la Universitat de València, la doctora advirtió de que «las medidas preventivas ante el coronavirus han sido tímidas, insuficientes y han llegado con retraso o demasiado tarde». La especialista en gerontología se reiteró ayer: «Una residencia no puede esperar una semana a que le manden Epis porque la gente muere», aseguró.

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La doctora Pinazo impulsa un cambio de modelo de las residencias para que se humanicen más. No obstante, defiende la gestión que han realizado estos centros durante la crisis del coronavirus hasta el punto de destacar que «han cumplido todo los protocolos» que les han marcado las administraciones y esto se evidencia en que no hay ninguna radicada en la Comunitat Valenciana denunciada por la fiscalía, cosa que no puede decirse en los casos de Madrid y Cataluña.

Es más, la también presidenta de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología destacó que al principio de la crisis del coronavirus a las residencias llegaron protocolos tanto de la conselleria de Sanidad como del ministerio con órdenes «que se contradecían».

«Las residencias han servido de barrera de contención frente al coronavirus al sistema de salud», afirma Pinazo

«Las ayudas de las administraciones tardaron en llegar. No les daban Epis (equipos de protección corporal para evitar contagios), y una residencia con algún caso de coronavirus no puede esperar porque mientras tanto la gente se muere», afirmó la doctora.

Relata que algunas de estas instalaciones, viendo lo sucedido en China e Italia, compraron material sanitario de protección y cerraron sus puertas a familiares y proveedores, que dejaban las cajas ante la fachada y no entraban. Se adelantaron a las medidas del Gobierno.

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Defiende la doctora Pinazo que las residencias, que prácticamente estaban llenas porque no hay plazas suficientes para la demanda existente, no tenían espacio para crear zonas de aislamiento y confinar ahí a los que habían enfermado de Covid-19 para que no se transmitiera a los demás.

Defiende, además, que han sido «un apoyo al sistema sanitario» puesto que «han servido de barrera de contención, han evitado la saturación de los hospitales a pesar de no contar con los recursos necesarios para tratar a los enfermos de Covid-19 en sus instalaciones».

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