Cristales de una furgoneta que rompió un delincuente para pasar la noche dentro y refugiarse del frío. LP

Oleada de rotura de cristales de coches en la Malvarrosa

Un vecino mayor, propietario de una casa, consigue retener con la ayuda de otros residentes a uno de los tres delincuentes que trataba de entrar el pasado domingo en su casa

Lola Soriano Pons

Valencia

Viernes, 5 de diciembre 2025, 00:40

Día sí, día no rompen los cristales de los coches en el barrio de la Malvarrosa, algo que está desesperando a los vecinos que ya ... no saben dónde dejar estacionados los vehículos para no levantarse con la sorpresa de saber a quién le habrá tocado esta vez sufrir el acto vandálico.

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Y es que aparcar los coches en calles de la Malvarrosa como San Juan de Dios, Beato Juan Grande, en algunos tramos de Cavite y en las plazas gemelas (Libertador Simón Bolivar y Cronista Francisco Monblanch) y en el solar de Hugo Zárate es todo un riesgo.

El hecho de que la rotura de cristales y robo en el interior de los coches se produzca casi siempre en esta misma zona no es casual, se produce en el entorno más próximo a las Casitas Rosa, donde se concentra la venta de droga en el barrio.

La situación es tan desesperante, que los vecinos se van avisando a través de redes sociales de los lugares donde van encontrando los cristales rotos para que los propietarios bajen a comprobar qué les han robado y para llevarlo a reponer.

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Rompen los cristales de una furgoneta para dormir dentro

El último caso se ha producido en la madrugada del martes al miércoles, en este caso en el víal principal del barrio, en la avenida Malvarrosa. Lo curioso del caso es que los malhechores ya no temen ni hacer el mal en las calles más concurridas, eso sí, siempre es de madrugada.

En este caso, han roto el cristal trasero de una furgoneta y los propietarios del vehículo se han enterado porque la Policía Local ha ido a su casa a darle la mala noticia. Más curioso todavía es saber que no entraron para robar, sino para pasar la noche, para dormir y refugiarse del frío.

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«Los agentes encontraron la furgoneta con el cristal trasero roto y vinieron a casa a avisarme a las 7.15 horas. Agradezco que me advirtieran de lo sucedido», indica Pilar. Además, añade que en junio ya sufrió otro robo. «En esa ocasión, me abrieron el capó del coche para quitarme un cable de cobre y ya me costó dinero arreglarlo».

Ahora «no me han robado nada porque no había nada que llevarse, pero nos encontramos el asiento del copiloto reclinado, prueba de que lo que hicieron fue quedarse a dormir dentro», añade.

Otro vecino afectado por la rotura de cristales, José M. detalla que es uno de los residentes que ha sufrido el problema hace sólo tres semanas. «Tenía que acercar el coche al portal de mi casa para que mi mujer bajara y lleváramos a la perrita al veterinario y resulta que me encontré con el cristal de atrás del copiloto roto».

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Se encontró con todo el coche desvalijado. «Se llevaron hasta la mochila de natación de mi nieto que estaba en el coche, con el traje de neopreno, herramientas como el gato y el spray antipinchazos, una linterna y las gafas de sol».

Miguel C. es otro de los vecinos que se ha encontrado con la ingrata sorpresa. «En mi caso, fue hace un mes y medio. Tenía el coche en la plaza Libertador Simón Bolivar y me rompieron el cristal pequeño del copiloto. Me registraron todo el vehículo y ya me han robado cuatro o cinco veces el parabrisas».

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Animan a denunciar los casos en comisaría

Tanto José como Miguel detallan que «mientras tengamos aquí cerca las Casitas Rosa, esto no va a cesar. Vienen, nos rompen los coches, sacan lo que pueden y se van a por la droga». Los dos tuvieron que ir a comisaría para denunciar los hechos «para que quede constancia de que hay muchos casos en el barrio. No podemos más».

Oro afectado es Ramón G. «A mí ya me han reventado los cristales del coche dos veces y a mi hija, dos más. La última vez fue hace tres meses. Se llevaron los más de cincuenta CDs de música que tenía, el bluetooh y me estropearon la radio y no se la pudieron llevar».

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También un taxista del barrio sufrió los robos mientras estaba desayunando con su padre. Le robaron el bolso y hasta un chaleco y luego la Policía pilló a un individuo con el mismo chaleco que presuntamente acababa de robar.

Coche registrado por un delincuente; vecinos afectados por los robos y un coche donde figura un cartel advirtiendo a los ladrones que no tienen objetos de valor. LP

Muchos autónomos, que tienen que trabajar con furgonetas, no tienen más remedio que subirse todos los días las herramientas a casa porque ya están escarmentados.

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Otro vecino, Raúl S. explica que tenía su coche nuevo aparcado en el barrio «y lo encontré con la puerta hundida y con la marca de la zapatilla. Se ve que querían hacer saltar el cierre y he tenido que arreglarlo haciendo ventosa con un desatascador de la cocina».

En las redes sociales que comparten muchos vecinos se leen mensajes como el de José Manuel S. que afirma: «Me han roto varias veces los cristales, con robo incluido. Lo he denunciado en todas las ocasiones y no hay manera de que se solucione. La última vez, en Tarongers».

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Otro vecino, Santiago S., detalla que tenía el coche aparcado en el paseo marítimo y también le rompieron los cristales. «Anoche me tocó a mí. Y mañana, ¿a quién le tocará?».

José y Miguel explican que ya han detectado que «en muchas ocasiones los hechos delictivos se producen entre las 2 y las 4 de la madrugada, por eso decimos que se necesitan más patrullas por la noche». Y si los amigos de loa ajeno detectan que hay coches con matrículas extranjeras, no se lo piensan dos veces porque van en busca de maletas y objetos que puedan vender.

Coche con los cristales y el retrovisor rotos, este verano. J. L. Bort

Otro joven del barrio, que confirma que también le han abierto el coche explica que la Policía ya ha detenido a uno de los individuos que estaba rompiendo los cristales de los coches del barrio.

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Además, este pasado domingo por la mañana tres individuos pegaron patada en una casa del barrio para tratar de entrar en la casa.

En este caso, estaban los dueños dentro, dos personas mayores, y el propietario pudo sacar fuerza y retener con la ayuda de otros vecinos a uno de los delincuentes, que se llevó la policía detenido.

Los residentes en este barrio incluso describen que «como las personas drogodependientes se quedan por el barrio, ya han robado varias veces a personas mayores que van por la calle y llevan en ese momento el monedero en la mano».

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