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Entrada al Punto de Urgencias de Campanar II. JL Bort

El nuevo centro de Urgencias de Campanar II recibe quejas de pacientes al mes de estrenarse

La ausencia de intimidad en triaje y radiología, la falta de enfermeras y las reducidas dimensiones de la sala de espera, principales motivos que denuncia UGT

José Molins

Valencia

Jueves, 7 de agosto 2025, 00:29

Apenas lleva un mes en funcionamiento pero el nuevo punto de Urgencias junto al centro de salud Campanar II ya está recibiendo quejas de los ... pacientes. Se centran sobre todo en la falta de intimidad, al estar a la vista de otras personas, tanto usuarios como profesionales, en la zona de triaje y en las salas de radiología, como denuncia el sindicato UGT, pero también destacan la falta de enfermeras y el escaso tamaño de la sala de espera, con poca capacidad y que se abarrota en cuanto hay un pequeño pico de afluencia de gente.

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A finales de junio se puso en marcha este centro, en la avenida Campanar, en un local contiguo al nuevo ambulatorio, y que sustituye al que estaba en funcionamiento a pocos metros de allí, en la calle Joaquín Ballester. Da servicio de urgencias las 24 horas y es uno de los cuatro Puntos de Atención Sanitaria de Valencia ciudad, por lo que atiende a una población de 225.000 personas. Y en este tiempo, desde el sindicato UGT del departamento de La Fe han recibido varias quejas de pacientes, que ha notificado a la gerencia del centro. «Hay unas deficiencias inaceptables que atentan contra la dignidad de los pacientes, la calidad asistencial y las condiciones laborales de los profesionales», expresa el sindicato.

Uno de los problemas que manifiesta la mayoría de usuarios de este centro es que el triaje se encuentra en medio de la sala de espera, por lo que al dar sus datos, el paciente tiene que contar su problema de salud delante del resto de gente que haya en esta sala. «Es más pequeña que la que había antes, la sala de espera se llena enseguida y cuando llegas, todo el mundo escucha lo que cuentas en triaje, no es algo agradable que oigan lo que yo tengo», cuenta José Manuel, un paciente que ha acudido al centro este miércoles.

Para UGT hay una «vulneración del derecho a la intimidad y confidencialidad» con esta situación, por lo que consideran un mal diseño del circuito de pacientes en ese área de registro y triaje. «En mi caso no pasa nada porque he venido por un dolor en la mano, pero entiendo que haya personas que no les haga gracia contar una enfermedad más íntima ahí delante de todos», asegura Cristina, tras haber sido atendida en el punto de Urgencias.

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La sala de espera del punto de urgencias de Campanar II. LP

Esta sala de espera sólo dispone de 28 sillas y tiene «un tamaño hiperreducido, manifiestamente insuficiente para absorber el volumen de pacientes y acompañantes que acuden al servicio», según UGT, ya que atiende a distritos muy poblados y en crecimiento como Campanar, Benicalap, Zaidia, Orriols y Torrefiel, por lo que la población es muy extensa. Precisamente en este último barrio vive Estefanía: «Es un centro pequeño, y además aquí sólo tienen radiografías y análisis de orina, pero no de sangre ni para hacer ecografías, me mandan a La Fe y para ser urgencias debería tener más cosas, porque hasta el hospital hay una hora en transporte».

Otra de las quejas remitidas a la gerencia del centro es que hay escasez de personal de enfermería para hacer frente a la presión asistencial actual, especialmente en el turno nocturno, que necesitaría una profesional más. Y además, el sindicato también apunta a las consultas de radiología, que cuenta con una sala de control «extremadamente reducida que apenas permite el trabajo funcional», exponen. Según hace constar UGT, en esta sala resulta imposible cerrar la puerta sin plegar la silla y la disposición del mobiliario impide una correcta visualización del paciente.

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Y precisamente por no poderse cerrar la puerta, entre las quejas de los pacientes figura que cualquier persona que transite por el pasillo (profesionales o pacientes) puede ver el interior de la sala de rayos, donde los pacientes pueden encontrarse semidesnudos o en camisón, lo que supone, según el sindicato, «una clara vulneración de su derecho a la intimidad y dignidad durante el procedimiento diagnóstico». Además, UGT añade que con frecuencia, si el único celador está ocupado con otro paciente, es el propio técnico el que debe salir de la consulta para llamar al siguiente enfermo en la sala de espera, lo que retrasa cada sesión y afecta a la eficiencia del servicio.

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