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Nico señala los restos de los enseres quemados por el hombre que incendió la puerta de la vivienda. TONI BLASCO

Incendio en Valencia: «Voy a quemaros vivos, de ahí no vais a salir»

Las tres personas rescatadas por la policía de una casa en llamas oyeron la amenaza del hombre que incendió la puerta | La policía investiga si el individuo que intentó matar a tres inmigrantes rumanos a las afueras de Nazaret es un delincuente con antecedentes

TONI BLASCO y Javier Martínez

Valencia

Miércoles, 30 de enero 2019, 20:02

Dos incendios intencionados en noches consecutivas en una humilde casa donde se rozó la tragedia, y otras dos graves agresiones a manos del mismo hombre estuvieron a punto de acabar con la vida de tres personas a las afueras del barrio de Nazaret. «Creíamos que en España viviríamos mejor pero alguien quiere matarnos», afirma Nico, de 57 años, mientras señala con su mano temblorosa los enseres quemados. Cabizbajo y con el rostro cariacontecido, el inmigrante rumano recuerda los momentos de peligro y angustia que vivió junto a su mujer, Dorina, de 51 años, y un amigo de la misma nacionalidad, en su vivienda incendiada en la madrugada del pasado sábado.

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Los ladridos de tres perros despertaron a sus dueños. Eran las dos de la madrugada. Nico dormía en la estancia más próxima a la puerta. El resplandor del fuego iluminaba la casa. Las llamas devoraban un sillón y varios enseres que alguien había amontonado en el exterior bajo una de las ventanas. «¡Despertad, despertad!», gritó el inmigrante.

Las tres personas intentaron salir, pero alguien había cerrado la puerta con un alambre grueso tras anudarlo en el marco y un barrote. La vivienda se había convertido en una trampa mortal de la que era imposible escapar. Las rejas en las ventanas y la entrada bloqueada impedían a las víctimas huir del fuego. Tras arder las cortinas de plástico, el humo penetró en la casa y la situación se complicó. Nico buscó entonces una herramienta para forzar la puerta e intentó abrirla a patadas.

Mientras gritaban y pedían auxilio, escucharon la amenaza de muerte de una voz conocida: «Voy a quemaros vivos, de ahí no vais a salir». Poco después, alguien encendió unos potentes focos en la parte superior de una vivienda y oyeron gritos: «¡Policía, somos policías!».

Las víctimas identificaron al agresor por su voz y sospechan que es un hombre que ya les atacó

La pareja rumana se despertó tras los ladridos de sus perros y el resplandor de las llamas

Dos agentes de la Séptima Unidad de la Policía Local saltaron una valla metálica de unos dos metros, quitaron el alambre, sofocaron las llamas con un extintor y rescataron a las víctimas antes de que llegaran los bomberos. También desataron a un perro que estaba a punto de quemarse junto a la puerta.

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La rápida actuación policial y la llamada que realizó una vecina al 112 para avisar del incendio evitaron la tragedia. «Los policías nos salvaron la vida», asegura Nico con los ojos humedecidos. El autor de incendio logró escapar, aunque ya ha sido identificado por la policía. «Si no lo meten en prisión no viviremos mucho», conjetura el hombre. «Había una garrafa de agua dentro de la casa y ahora tengo siete por si vuelve para quemarnos. Tenemos mucho miedo», añade Nico mientras se coloca bien la gorra con la bandera de España en sus laterales.

En la madrugada anterior, el mismo individuo saltó la valla e incendió tres sofás y una mesa junto a la puerta, pero en esta ocasión las víctimas salieron de la vivienda y sofocaron el fuego. Tras hacerse cargo de las investigaciones, la Policía Nacional identificó al agresor: un delincuente con antecedentes policiales. Este hombre de nacionalidad española tiene una orden de detención e ingreso en prisión que dictó el Juzgado de lo Penal número 5 de Valencia, y una orden de alejamiento con respecto al inmigrante.

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Nico conoció a este violento individuo porque lo acogió en su casa. «Un día pasó por aquí y me pidió pan. Nosotros le invitamos a comer, le dijimos que se podía quedar unos días y nos hicimos amigos, pero me traicionó... Agredió a mi mujer y le rompió la ropa», relata el inmigrante mientras su esposa asiente con la cabeza. Tras defender a su pareja, el hombre resultó herido al ser golpeado en la cabeza por el delincuente.

Nico, en el interior de la vivienda. Toni Blasco

«Queremos vivir en paz»

Después de este violento incidente, un juzgado dictó una orden de alejamiento de individuo con respecto a Nico, pero el año pasado volvió a agredir con un palo al inmigrante cuando coincidieron a la salida de un supermercado en Nazaret. Como consecuencia de los golpes, la víctima sufrió heridas en la cabeza y fracturas en ambos brazos. Desde entonces, la pareja vive con angustia y toma precauciones en su casa y en la calle para evitar nuevas agresiones.

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Nico saca de un cajón varios documentos judiciales que confirman la veracidad de su relato y señala: «Solo queremos vivir en paz, no hacemos ningún mal ni pedimos nada. Solo queremos vivir con nuestros animales y que no nos haga más daño». Dorina mira a su marido mientras escucha atentamente sus quejas. «El año pasado mató nuestros patos y gallinas, y la otra noche intentó quemarnos vivos», añade con el ceño fruncido.

De pintor de iglesias en Rumanía a hortelano en Nazaret

Nico llegó a Valencia hace tres años. En Rumanía se dedicaba a pintar los techos de las iglesias y también realizaba trabajos en altura. Este inmigrante viajó a España cuando tenía 54 años con la esperanza de lograr un bienestar y un futuro mejor, porque le habían dicho que en España encontraría un empleo digno y bien remunerado, pero pronto descubrió la cruda realidad. Aunque consiguió algunos trabajos puntuales, su actividad laboral duró muy poco y actualmente vive en una casa abandonada con la autorización del propietario a las afueras del barrio de Nazaret. Nico y su mujer sobreviven con escasos medios y en condiciones adversas gracias a la solidaridad de los vecinos y a las verduras y legumbres que cultiva en un pequeño vivero. También cría gallinas en un corral que construyó con maderas viejas.

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