La Policía interviene lingotes de oro, diamantes, armas de fuego y 53 vehículos de lujo al cártel del puerto de Valencia
La red contaba con «hombres araña» que escalaban las pilas de contenedores para rescatar los alijos de droga | Entre los 81 detenidos hay 17 responsables de cinco empresas, 18 estibadores, nueve camioneros, dos guardias civiles y un médico
Coches y motocicletas de alta gama, relojes de lujo, ropa de marca y hasta diamantes y lingotes de oro. Algunos miembros de la trama de corrupción del puerto de Valencia amasaron una fortuna en los últimos años con el narcotráfico. Era un secreto a voces, pero había que demostrarlo, y la Policía Nacional lo ha logrado tras un año y medio de investigaciones secretas con ocho agentes encubiertos que se infiltraron en el mayor entramado portuario del narcotráfico en España.
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La operación 'Spider' se ha saldado con la detención de 81 personas y la incautación de 4,5 toneladas de cocaína, 365.000 euros, 53 vehículos de alta gama, una embarcación valorada en 400.000 euros, lingotes de oro, diamantes y ocho armas de fuego, entre ellas dos bolígrafos pistola.
Tres mandos de la Policía Nacional han detallado este viernes en una rueda de prensa las cifras de la macrooperación que ha acabado con «la corrupción del puerto de Valencia», según el comisario Marcelino Fernández, jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial. Entre los detenidos hay 17 responsables de cinco empresas, 18 estibadores (uno de ellos jubilado), nueve camioneros y el médico del Centro Portuario de Empleo.
El duro golpe al narcotráfico tuvo lugar en la madrugada del lunes tras las primeras detenciones simultáneas, que adelantó LAS PROVINCIAS en exclusiva. La organización desarticulada contaba con «hombres araña» que escalaban por las pilas de contenedores para rescatar los alijos de droga, y actuaba en connivencia con empresarios del sector del transporte, concesionarios de vehículos industriales y transitarios para legitimar el acceso al recinto portuario.
La investigación policial de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO), que se inició a principios de 2024, permitió identificar a cerca de un centenar de presuntos miembros de una organización criminal que operaba en el puerto de Valencia como un cártel de droga.
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Los agentes antidroga, entre ellos ocho policías encubiertos, consiguieron frustrar ocho operaciones de extracción de cocaína y se incautaron de 4,5 toneladas de esta sustancia estupefaciente. Además de los alijos de droga y los 54 vehículos confiscados, los policías intervinieron 365.000 euros en efectivo, 60 relojes de prestigiosas marcas, diamantes, lingotes de oro, joyas y diversas armas de fuego como un rifle, una escopeta, tres revólveres, un arma corta, dos bolígrafos pistola.
También confiscaron abundante munición, dos armas simuladas, tres pistolas eléctricas y flechas. Tres de los individuos detenidos en una de las fases de la macrooperación pertenecen al cártel de los Balcanes, y entre los arrestados hay colombianos, un venezolano y un cubano, pero la mayoría son españoles que trabajaban en el puerto de Valencia.
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Como ya informó este periódico, la infiltración de los policías, las escuchas telefónicas y la geolocalización de los vehículos de los cabecillas permitieron a los investigadores desenmarañar la trama delictiva que introducía toneladas de cocaína a través del puerto de Valencia.
La organización desmantelada tenía un entramado empresarial que permitía introducir los beneficios generados por el tráfico de drogas en el flujo legal de capitales. La Policía continúa las investigaciones ante la sospecha de que hay más empresarios implicados en la trama.
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El comisario Marcelino Fernández explicó que el cártel desmantelado utilizaba el Centro Portuario de Empleo para controlar la ubicación de los contenedores que contenían cocaína, rescatar los alijos de droga y alertar de posibles operaciones policiales.
La operación encubierta permitió descubrir que los estibadores corruptos amañaban exámenes y test de drogas para que pudieran trabajar en el puerto algunos individuos que integraban la red delictiva. De esta forma se aseguraban que luego obedecerían sus órdenes en los encargos de rescates de cocaína.
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También falsificaron documentos para que pudieran incorporarse estibadores expedientados por su relación con el narcotráfico, ya que varios de los investigados habían sido detenidos en otras operaciones antidroga. «Falsificaban documentos para simular una excedencia con fecha anterior a la detención para que cuando cumplieran condena volvieran a trabajar en la estiba sin problema», precisó el comisario.
Tres estibadores eran los cabecillas de la trama y ellos mismos se consideraban «la llave de la puerta de entrada de cocaína por el puerto de Valencia». Estos individuos también adjudicaban las jornadas y puestos de trabajo para controlar dónde estaban los contenedores con droga.
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Las estadísticas de aprehensiones de cocaína en los últimos años sitúan al puerto valenciano, junto con los de Barcelona y Algeciras, como las vías principales de entrada de esta droga en España. Y en Europa, el puerto de Valencia ocupa el tercer puesto después de los puertos de Amberes y Róterdam, según un informe del Departamento de Seguridad Nacional.
El jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial afirmó que la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera (DAVA) y el Equipo de Delincuencia Organizada Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil habían participado en algunas de las aprehensiones de cocaína. Fernández añadió que los informes de la Fiscalía sobre la corrupción en el puerto de Valencia fueron clave para que la Policía diseñara la operación con agentes encubiertos.
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Francisco Jesús Soriano, jefe de la Sección de la UDYCO de Valencia, manifestó que lo que distingue a esta macrooperación de otras es «la capacidad de llegar a todos los eslabones de la cadena». Según el inspector jefe de la Policía Nacional, las organizaciones criminales extranjeras tienen miembros en España que gestionaban con los estibadores los envíos de cocaína y los posteriores rescates de los contenedores.
Los trabajadores portuarios corruptos «constituían la cabeza de la organización criminal». y se hacían cargo del alijo «desde que el contenedor sube al buque hasta que llega a España». La red contaba con algunos cabecillas que hacían de «cortafuegos sin contacto directo con los líderes» para que la caída del eslabón inferior no supusiera la detención de los jefes, según explicó Soriano. Estos miembros de la banda tenían capacidad para negociar envíos con los narcotraficantes internacionales y para contratar equipos de extracción para sacar la droga del puerto.
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La red delictiva también disponía de empresas de transporte que introducían a camioneros autónomos para realizar las extracciones de cocaína. De hecho entre los 51 detenidos hay 17 responsables de cinco empresas, entre las que se encuentran Lematrans y Megatransportes Lobo.
El capitán de la Guardia Civil Jesús Fernández Bolaños, que continúa en prisión a la espera de juicio, figura entre los 81 detenidos. Los investigadores de la UDYCO descubrieron su relación con un alijo 1.140 kilos de cocaína, que habría pasado los controles portuarios si no llega a ser por la valiosa información que consiguieron los policías infiltrados.
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Y en la última fase de la operación, los agentes antidroga arrestaron el martes a un cabo de la Guardia Civil destinado en el cuartel de Benigànim por los delitos de corrupción, tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal, aunque este viernes quedó en libertad tras declarar ante el juez que instruye la causa. Según las investigaciones de la UDYCO, el cabo actuaba como intermediario entre el cártel del puerto y las organizaciones criminales sudamericanas, por lo que habría facilitado la importación de cocaína.
El médico detenido está acusado de falsear los resultados de varios análisis. Los estibadores tienen que someterse a test de drogas para demostrar que no consumen sustancias estupefacientes, uno de los requisitos para conseguir un puesto de trabajo en la estiba y desestiba.
La infiltración de los policías fue tan completa y eficaz que la red delictiva contó con ellos tres veces para rescatar la droga de los contenedores. En una ocasión ordenaron a uno de los policías encubiertos acceder a la terminal donde estaba la cocaína, pero la operación de rescate se frustró al ser interceptado el alijo de droga por otros agentes que desconocían la operación secreta.
Según las investigaciones de la UDYCO, entre los presuntos narcotraficantes detenidos con contactos nacionales figuran J. A. C. y S. M. M., administrador único y gerente, respectivamente, de la empresa Megatransportes Lobo. La Policía también detuvo a dos transportistas, cuyas identidades responden a las iniciales A. G. B. y M. R. G., como presuntos miembros del entramado delincuencial.
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La mayoría de las detenciones se han producido en la provincia de Valencia, aunque también se han registrado arrestos en Burgos, Algeciras e Ibiza. Los 59 registros tuvieron lugar en Quart de Poblet, Benetússer, Sedaví, Aldaia, Massamagrell, Massalfassar, Alboraia, Mislata, Puçol, Picassent, Sueca (El Perellonet), Algemesí, Montroi, Sagunto, Albalat dels Tarongers, Canet d'en Berenguer, Bétera, la Pobla de Vallbona, Chiva, Godelleta, Benigànim, Almenara e Ibiza.
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