Un niño con autismo resulta herido grave tras caer desde un segundo piso en Valencia
El menor, de trece años, permanece en la UCI pediátrica del Hospital La Fe y no se teme por su vida
Un niño de trece años con problemas de autismo se encuentra hospitalizado en la unidad pediátrica del Hospital La Fe tras precipitarse de forma accidental desde un segundo piso, de una finca del valenciano barrio de Ayora, en la mañana del pasado viernes.
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Debido al trastorno que padece, el menor saltó a la calle desde unos ocho metros de altura, y cayó sobre la señalización de vado en la calzada, a la altura de la salida de vehículos de un garaje comunitario. Por suerte, según las fuentes consultadas por este periódico, los sanitarios han descartado daños cerebrales y pese a la grave caída y los múltiples traumatismos, no se teme por su vida. «No tiene ningún órgano vital afectado que es lo importante», señalaron estas mismas fuentes del entorno del menor.
Los hechos ocurrieron pocos minutos después de las diez de la mañana del viernes 5 de septiembre cuando se recibió un aviso de varios vecinos que alertaban de un menor accidentado en la vía pública, en una calle del barrio de Ayora que este periódico no revela para preservar el anonimato del niño.
«Lo vi ahí tirado con las piernas lesionadas y sangre alrededor y pensé que se había caído con la bicicleta», asegura un comerciante de la zona. Otro vecino explica que el menor, con problemas de autismo, solía tirar cosas por la ventana. «A lo mejor vio algo en la calle y se tiró a cogerlo», apuntaba este testigo.
Hasta el lugar acudieron cerca de una decena de patrullas de la Policía Local de Valencia y de la Policía Nacional. Los agentes comprobaron que el menor, de trece años, se había precipitado de manera accidental desde un segundo piso y los servicios sanitarios desplazados se hicieron cargo del herido.
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El menor, que estaba consciente, presentaba politraumatismos y fue trasladado por una ambulancia del SAMU al Hospital La Fe de Valencia con fractura en la pierna y en la mandíbula.
Según las fuentes consultadas por LAS PROVINCIAS, el niño se despertó y fue al dormitorio de sus padres, desde donde saltó a la calle sin ser consciente de lo que hacía dado su trastorno del espectro autista. Sus padres suelen tener las persianas bajadas precisamente para evitar cualquier tipo de accidente, pero esa mañana el pequeño la encontró abierta.
La Policía Nacional ha remitido las diligencias al juzgado y no se aprecia ningún tipo de responsabilidad por parte de los padres, al tratarse de un accidente que milagrosamente, y pese a la altura desde la que cayó el niño, se ha saldado con lesiones sin riesgo para la vida del menor.
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