Sin castigo la banda de atracadores que asaltaba salones de juego en la provincia de Valencia
El único enjuiciado es absuelto al no poder ser reconocido por los testigos y el otro está fugado de la justicia
La oleada de atracos en salones de juego de la provincia de Valencia, cometidos por una pareja de encapuchados en menos de 20 días a principios de 2020, se ha saldado judicialmente con el único enjuiciado absuelto por falta de pruebas y el otro, arrestado tras el último asalto en Montserrat, declarado en rebeldía. De esta forma, los cuatro robos con violencia, en los que los atracadores amenazaban a empleados y clientes con armas de fuego, los hacían tirarse al suelo y los maniataban con bridas en algunos de los casos, han quedado sin castigo.
Publicidad
La llamada 'Operación Moncapi', llevada a cabo por el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Carlet, que permitió la identificación y detención de los dos presuntos autores de estos cuatro atracos cometidos en Sueca, Picassent, Carlet y Montserrat, no ha tenido el desenlace esperado por los investigadores en los tribunales.
Aunque uno de los propios atracadores, de 55 años y nacionalidad española, fue sorprendido y retenido hasta la llegada de la Policía Local de Montserrat por los testigos en el atraco que perpetraron en un salón de juegos de Montserrat el 9 de febrero de 2020, este aprovechó que se encontraba en libertad para darse a la fuga y tras retrasarse el juicio en varias ocasiones se le ha declarado en rebeldía.
Respecto del otro procesado, de 43 años y también español, un juzgado de Lo Penal de Valencia lo ha absuelto de todos los delitos al «no haberse practicado prueba de cargo sobre la autoría del acusado». De los cuatro atracos iniciales que les atribuían las investigaciones de la Guardia Civil, por las fechas, modus operandi, proximidad y algunos indicios como prendas de ropa o bridas empleadas similares, finalmente solo se pudo llevar a juicio a uno de los acusados -el otro está en rebeldía- por uno solo de los atracos, el último de ellos.
El citado atraco se produjo a las 11.15 horas de la mañana del 9 de febrero de 2020 cuando dos atracadores, que portaban su rostro oculto con capucha, bragas y gafas de sol, entraron en un salón de juegos de Montserrat portando dos pistolas, que resultaron ser detonadoras. Primero golpearon en la cabeza a un cliente que se disponía a entrar en el local, al cual le amenazaron con una de las armas y le dejaron que se marchara corriendo, no sin antes entregarles su cartera con 500 euros.
Publicidad
Una vez dentro: «¡Al suelo, esto es un atraco!», gritaron al tiempo que se dirigían a una empleada a la que amedrentaban tirándola al suelo y levantándola bruscamente, colocándole el arma en la sien para que les abriera la caja: «¡Abre el cajero, te voy a matar!». Incluso llegando a disparar el arma para generar más pánico en la víctima.
Mientras se apoderaban del botín, uno de los atracadores inmovilizó atando de pies y manos a cuatro clientes, uno que estaba en la zona de las máquinas de apuestas y otros tres que entraron en ese momento en el local.
Publicidad
No obstante, la sentencia absolutoria recoge que ninguno de los testigos presenciales ha logrado identificar sin género de dudas al acusado enjuiciado, ya que ambos ocultaban su rostro. Ni durante los reconocimientos en la fase de instrucción, ni en el reconocimiento fotográfico en dependencias policiales, ni tampoco en el juicio.
Se enfrentaban a ocho años de prisión
El Ministerio Fiscal solicitaba para cada uno de los atracadores por este atraco, el único que ha llegado a juicio, penas de ocho años de prisión por los delitos de robo con violencia y tenencia de armas prohibidas, con la agravante de disfraz. Así como 2.400 euros de multa por dos delitos leves de lesiones y otro de maltrato de obra.
Publicidad
El acusado juzgado a principios de septiembre, defendido por el letrado Noel Pont, ha sido finalmente absuelto de todos los cargos. De nada ha servido que los investigadores le relacionaran con el otro procesado, perfectamente identificado al ser detenido durante el último atraco. Según señala la sentencia, el hecho de que estuviera en el domicilio de este días antes del asalto «solo demuestra que obviamente se conocían», pero «es un indicio sumamente endeble».
Tampoco han sido suficientes otros indicios como la bolsa precintada con los anagramas de una entidad bancaria hallada en el registro domiciliario del acusado, ni la identificación de uno de los agentes, testigo de referencia, al comparar las imágenes de las cámaras de seguridad del establecimiento con las fotografías de la reseña policial. De hecho, la sentencia señala que dichas imágenes no fueron aportadas al procedimiento y no han podido ser sometidas a contradicción en el juicio, y «resulta muy dudoso que por una pequeña cicatriz» se pueda afirmar que se trata de la misma persona.
Publicidad
Por último, el fallo no considera suficiente el posicionamiento del teléfono móvil del procesado -otro indicio más- quien apagó el mismo durante una hora, justo en la franja cuando se produce el atraco en Montserrat. Antes de que deje de dar señal el repetidor que marca su ubicación es el de Carlet, localidad donde se produjo otro de los robos con violencia esa misma mañana, en el que los encapuchados se llevaron 8.000 euros como botín. Y se vuelve a encender en el repetidor que registra la zona de Turís. Pese a ello prima la presunción de inocencia y el único enjuiciado ha sido absuelto.
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión