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Policías en el exterior del restaurante chino.
Se suicida el policía atrincherado en el restaurante chino de Alcobendas

Se suicida el policía atrincherado en el restaurante chino de Alcobendas

El inspector, que no había tomado rehenes, se despidió con una carta en Facebook en la que apuntaba problemas sentimentales

Melchor Sáiz-Pardo

Martes, 14 de junio 2016, 18:38

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El desenlace fue el peor imaginable. El inspector de la Policía Nacional que este martes a primera hora se atrincheró durante ocho horas en un restaurante chino en la población madrileña de Alcobendas y que amenazaba con suicidarse, finalmente a las 22:38 horas de la noche acabó por pegarse un tiro en la cabeza con su arma reglamentaria. Aunque los médicos intentaron salvar su vida, minutos después solo pudieron certificar su muerte. El policía había dejado una carta de despedida en Facebook, en la que ya apuntaba a problemas sentimentales con su mujer, en la que estaba en trámites de separación.

Todo comenzó sobre las 14:00 horas de hoy cuando el funcionarios, un agente de 46 años destinado a los servicios centrales en la División de Personal del cuerpo (sección de medallas) entró en al restaurante Yin He, del número 123 de la calle Marqués de Valdavia. Tras enfrascarse en su móvil y antes de pedir de comer, el agente, visiblemente ebrio según los testigos, sacó su arma reglamentaria y amenazó con suicidarse allí mismo.

Los propietarios llamaron a la Policía, pero antes incluso de que los refuerzos llegaran el funcionarios dejó salir a clientes y trabajadores. De inmediato, los especialistas del CNP se dieron cuenta de que estaban ante una situación de alto riesgo y movilizaron a las asistencias sanitarias, dos negociadores, a varios psicólogos del cuerpo y al GEO.

Durante la tarde, la Policía creyó que podía reconducir la situación cuando el agente pidió verse con un amigo del cuerpo, pero cuando éste apareció acompañado de miembros del GEO el suicida realizó tres disparos intimidatorios, que hicieron desistir a los agentes, que volvieron a la calle, ya temiéndose lo peor.

Tampoco la presencia de su mujer ni una llamada de otro amigo policía de Avila hizo que el funcionario atrincherado desistiera de su actitud y se entregara.

Ya con la caída de la noche la situación se hizo más crítica, cuando el funcionario según fuentes de la negociación- se negó a atender el teléfono, a través del que los negociadores de la Policía Nacional todavía trataban de mantener viva la esperanza de un desenlace feliz.

Sin embargo, finalmente, el funcionario se disparó en la cabeza, instantes antes de que el GEO se dispusiera a irrumpir en el restaurante, ante el temor de que era inminente el suicidio del agente. Los médicos de una UVI móvil del Summa desplazada en la zona intentaron reanimar al suicida durante más de 40 minutos, pero las gravísimas heridas provocadas por el disparo hicieron baldías las maniobras de resucitación.

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