Los expertos advierten de que «la piel tiene memoria y lo que hacemos en verano puede pasar factura con el tiempo»
El doctor Miguel Recio marca las pautas para un buen cuidado de la piel en esta época del año
Mario Lahoz
Valencia
Sábado, 26 de julio 2025, 01:33
Si hablamos del cuidado de la piel, el verano nos plantea toda una serie de desafíos. Como apunta el doctor Miguel Recio, dermatólogo de la Clínica ABDerma, además del sol, «el calor, el sudor, el cloro de las piscinas, la sal del mar y los aires acondicionados son grandes enemigos de la piel porque pueden resecarla, irritarla o alterar su equilibrio natural».
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El cuidado no tiene por qué ser complicado, pero es importante evitar ciertos deslices comunes que pueden marcar una diferencia notable en el aspecto de la piel. El error más común es usar la protección solar solo cuando vamos a la playa o a la piscina. «No usar protección solar sigue siendo uno de los errores más graves», apunta Recio. Los rayos UV del sol pueden causar problemas como quemaduras, aún paseando por la calle o si el día está nublado.
El 55% de los adultos ha sufrido quemaduras con ampollas, provocadas por el sol. La solución pasa por hacer del protector solar parte de nuestra rutina diaria, usar al menos uno de amplio espectro con un FPS de mínimo 30 y aplicarlo de manera generosa por toda la piel expuesta, cada dos horas. Debemos prestar especial atención a zonas como las orejas, cuello o dorso de las manos, sin desatender otras más delicadas como el escote o los labios.
La hidratación también es clave para la piel. La Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) recomienda realizar un peeling para eliminar las células muertas y, después, aplicar un tratamiento de hidratación con ácido hialurónico no reticulado, junto a cremas hidratantes y antioxidantes. Además, beber agua con regularidad ayuda a mantener la elasticidad de la piel.
La exfoliación es esencial para eliminar las celulas muertas que obstruyen los poros, evitar los brotes y las cicatrices inflamatorias que los acompañan. «Hay que exfoliar la piel una vez a la semana, pero siempre con suavidad», aconseja Recio. Es importante no excederse ya que puede alterar la barrera cutánea, causando enrojecimiento y mayor sensibilidad al sol.
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Recio aconseja tomar duchas «con agua templada y sin excederse con jabones agresivos». Pasar demasiado tiempo bajo la ducha hace que se deteriore la capa protectora de la piel, que es rica en grasas y hace la función de aislante.
Otro error común es «usar productos irritantes tras la exposición solar», afirma el doctor. Tras un día de sol, no calmar ni reparar la piel, puede provocar daños y molestias prolongadas. Es importante aplicar productos que calmen e hidraten la piel para ayudarla a que se recupere.
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Consecuencias de descuidar la piel
No tener en cuenta esta serie de circunstancias puede causar deshidratación, irritación, quemaduras solares o brotes de acné. Y, a largo plazo, favorecen el envejecimiento prematuro, las manchas y, en casos más graves, aumenta el riesgo de cáncer de piel. Debemos tener en cuenta que, como apunta el experto, «la piel tiene memoria y lo que hacemos en verano puede pasar factura con el tiempo».
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