El envejecimiento de la población, la soledad no deseada y la brecha de género salarial, los grandes retos de futuro
El Día Mundial de las Personas Mayores quiere poner el foco en un grupo creciente de la sociedad que se hace invisible al dejar de ser productivo
Remedios Granell tiene 86 años y vive sola en un piso de Valencia. La artrosis no le deja ya darse sus largos paseos, y cada ... vez le da más miedo salir a la calle. «Tengo las caderas fastidiadas». Viuda y sin hijos, su vecina la ayuda de vez en cuando, pero no la quiere molestar porque está «siempre trabajando». Así que Remedios, que no quiere ser una carga par nadie, pasa la mayor parte del tiempo sola. Atrás queda una vida activa, jugando a cartas, bailando los sábados en el centro social, o haciendo algún viaje con el Imserso. Ahora la televisión es su única compañía.
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Remedios no es un caso excepcional. Cada año que pasa, los españoles son un poco más mayores. Es un proceso gradual, imparable; según datos de Statista, en enero de 2024 cerca de nueve millones de personas tenían más de 64 años. O, lo que es lo mismo, uno de cada cinco españoles. Ese porcentaje va a ir incrementándose, y el Instituto Nacional de Estadística ya prevé que en quince años un cuarto de la población haya superado los 65 años.
Con el cambio demográfico hay cambios estructurales a nivel social por las necesidades asistenciales en el ámbito de los cuidados y atención a los mayores, sobre todo los enfocados a quienes padecen problemas neurodegenerativos. Más de un millón de personas están afectadas por alguna enfermedad de este tipo, según datos de la Sociedad Española de Neurología.
Este es uno de los grandes desafíos que la administración tiene por delante, y en el que poner el foco, justo el Día Internacional de las Personas Mayores, que se celebra este miércoles. De hecho, cada vez más se pone el foco en la prevención como una de las medidas más efectivas para evitar que, además de una sociedad envejecida, sea una sociedad enferma. Desde la Cátedra de Envejecimiento saludable, formada por la Universitat de València y el Ayuntamiento, se trabaja desde 2017 para enseñar a las personas a cuidarse y a prepararse para envejecer mejor, y para fomentar acciones que permitan hacerse mayores de una manera activa y participativa.
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Las instituciones centran su atención, en este sentido, en un fenómeno que afecta principalmente a los mayores, y es la soledad no deseada. Una soledad que tiene unos efectos perjudiciales en la salud de las personas, ya que la ausencia de relaciones sociales dispara el riesgo de enfermedades cardiovasculares, depresión, deterioro cognitivo e incluso mortalidad prematura.
Asimismo, las personas mayores sufren un elevado nivel de pobreza y una importante brecha de género, y en este sentido los sindicatos CC.OO. y UGT analizan este miércoles la situación de las pensiones. La invisibilidad es otro de los fenómenos que se producen alrededor de quienes ya no son productivos, y que se intentan paliar aprovechando acontecimientos como el Día Internacional de las Personas Mayores.
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