«Nos hacen la vida imposible»

«Nos hacen la vida imposible con cada nueva medida. Ahora también quieren poner cámaras en los barcos. El control está bien pero no somos delincuentes y todo tiene un límite», denuncia Francisco Guillem, un pescador de Cullera.

A estos controles para que no se incumplan las normas de tamaño o especies, se suma la reducción progresiva de los días de pesca que permite el nuevo plan europeo. Si hace unos años los pescadores del mar Mediterráneo faenaban unos 230 días al año, en 2025 sólo lo podrán hacer 120 días, una cifra inaceptable para el sector.

«Llegará un momento que no podremos comer. Nosotros cuando paramos no tenemos ayudas y tenemos que seguir pagando todos los gastos», lamenta este pescador.

Por ello, el sector pesquero valenciano se ha unido en el puerto de Cullera para mostrar su total rechazo a este plan y solicitar al Gobierno de España que medie con la Unión Europea para modificarlo y conseguir una moratoria de unos tres años.

Las cifras actuales son inviables para la supervivencia de estos trabajadores según la Comisión Interfederativa de Cofradías de Pescadores de la Comunitat Valenciana (Coincopesca) que cifra en 190 los días que se debe faenar para que sea rentable.

«Así nos vamos a una muerte total, tanto los pescadores como los armadores y las cofradías», asegura el patrón mayor de la Cofradía de Cullera y presidente de las cofradías valencianas, Vicente Pérez.

Un panorama muy difícil ya que el plan europeo acusa a la flota de arrastre del Mediterráneo de ser responsable de la situación crítica de los recursos marinos. Un aspecto que niegan desde la organización de la pesca que defienden su compromiso con el medio ambiente.

«Nosotros trabajamos doce horas al día mientras que los italianos 15 y esto no se tiene en cuenta para la reducción de días», lamenta el presidente de la Cofradía del Grau de Gandia, Domingo Ciurana.

A la protesta también ha acudido el concejal de Pesca de Cullera, Javier Cerveró, que recordaba que «en el último pleno aprobamos una moción conjunta para apoyar a este sector que es esencial en la economía del pueblo. Es una práctica tradicional y los están tratando como si fueran delincuentes«.