Begoña Zaldua, en una hamaca en la playa del Mareny. LP

Cuatro jóvenes que veranean en el Mareny Blau y sus mejores planes: «Conocemos cada esquina»

Es una de las playas más familiares que existen en la provincia de Valencia, donde todos se conocen y la mayoría llevan años veraneando en el mismo lugar. Cuatro jóvenes cuentan sus planes estivales, siempre con amigos, familia, deporte y gastronomía

Martes, 12 de agosto 2025, 00:46

El Mareny Blau es uno de esos lugares en los que el tiempo parece no existir. Los días suceden con calma, no existen las prisas ... ni las obligaciones. Todo ocurre despacio, sin nada urgente: largos desayunos, horas en la playa hasta que cae el sol, sobremesas que enlazan la comida con la cena… y lo más importante, todo se comparte como si de familia se tratara. «Es un sitio súper familiar donde conoces a todo el mundo. Vas por la calle y te vas parando cada dos por tres para saludar», confirma Pepe Compañ. «Conocemos cada esquina de El Mareny Blau», continúa. «Sabemos los nombres de todos los edificios y sabemos dónde vive cada uno», comenta Carmen Llinás.

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Begoña Zaldua cuenta: «Aquí veranea tanto la familia de mi madre como la de mi padre, para mí es casa, llevo viniendo desde que nací. Aunque es una urbanización pequeña es súper cómoda, es el sitio ideal de veraneo para todos los que estamos aquí», y añade: «Aunque no haya tanta oferta como en otros sitios, para niños y gente mayor es una zona comodísima y para la gente joven nos hemos sabido reinventar. Nos arreglamos con El Perelló para salir de fiesta y hemos movido actividades dentro de la urbanización para estar todos entretenidos. Con eso, la playa y la compañía tenemos más que suficiente». Y es curioso que los cuatros hablan en plural, por todos los veraneantes de El Mareny, como si, efectivamente, formaran parte de la misma familia.

Cada día de verano todos acuden a la misma playa, esperando encontrarse con los mismos: «Hay mucha tradición de bajar con la silla a la playa y, sin quererlo, siempre bajas el mismo trozo, así que tienes alrededor la misma gente y reconocemos las sillas de unos y otros», cuenta Carmen Llinás. «No tienes ni que llamar a la gente para quedar, cuando te levantas, bajas y sabes que va a haber alguien allí», dice Pepe Compañ, que se pone enfrente del club social. Y Begoña Zaldua añade: «Estamos desde por la mañana, subimos a casa a comer y volvemos a bajar por la tarde». Ese es el plan que nunca falla y lo repiten día tras día de manera incansable, con la esperanza de que el verano no termine nunca. «Por la tarde hacemos un poco de deporte: kite, windsurf, futbito, tenis, pádel…», dice Nacho Monllor y Pepe Compañ comenta: «Practicamos muchos deportes acuáticos, nos encanta estar metidos en el agua, tanto en verano como en invierno que hay muchas olas, nos ponemos el neopreno y nos vamos a surfear». En el pueblo de Sueca se pueden encontrar pistas para practicar cualquier deporte y otro de los planes imprescindibles cada verano es ir a ver a amigos y familiares jugar al polideportivo. «También vamos a la heladería, a la finqueta que hay un club social que se está super bien o vamos a Cullera, al cine o a McDonald's», cuenta Carmen Llinás. Aunque sin duda todos confirman que el mejor plan es simplemente estar juntos y pasar las horas hablando.

Por pequeño que sea El Mareny Blau, cuenta con una oferta gastronómica que sorprende por su calidad y autenticidad. Lugares clásicos que forman parte de la rutina estival, como Mels, Paquito o el chiringuito. «Me cuesta bastante elegir un restaurante favorito, porque depende de lo que quiera voy a un sitio u otro, cada uno tiene lo suyo. Si me apetece un bocadillo probablemente me vaya a Mels, si me apetece pizza me iría a Paquito, si quisiera cenar en plan bien me iría a Hernández o al club social». Para comerse un buen arroz, todos coinciden en que no hay un sitio mejor que el club social, que ha cambiado de dueños recientemente y ahora está gestionado por los propietarios del restaurante Sucrer, en Mareny de Barraquetes. «Todos los arroces están buenísimos, pero yo me quedo con el de pato y habitas, que es espectacular», recomienda Pepe Compañ.

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Cuando llega la noche, todos se mueven hasta El Perelló, a las discotecas Calavera o She, donde se gestan algunas de las mejores anécdotas cada año. La tercera semana de agosto El Mareny Blau celebra sus fiestas y la noche de la gente joven por excelencia es la de los disfraces, a la que se une incluso gente de El Perelló. «Es una tradición que empezó porque un grupo de amigos decidió disfrazarse un año porque sí, al año siguiente otro grupo se añadió y así nos hemos ido uniendo todos», cuenta Carmen Llinás. «Antes me disfrazaba con mis hermanas, mis primos e hijos de amigos de mis padres, y ahora cada uno se disfraza con su grupo de amigos», cuenta Begoña Zaldua.

Si sale un día de lluvia nunca faltan opciones: «Jugamos a las cartas, al póker, al Monopoly…», cuenta Nacho Monllor. «Seguimos teniendo muchísimos planes, algo que también pasa en El Mareny es que nadie se puede quedar en casa. Pasamos más horas fuera que dentro, sólo vamos para comer, cenar y dormir, el resto del día estamos por ahí».

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Y en lo que respecta a las tormentas de verano Begoña Zaldua destaca: «Es verdad que la lluvia es exprés y el moreno es un trabajo muy importante para la mayoría de los marenyeros, así que incluso en los días de lluvia solemos bajar a la playa para intentar rascar algún rayito de sol». Y Carmen Llinás añade: «Pasamos las horas hablando y tomándonos un aperitivo».

Y así es como suceden los veranos en El Mareny Blau, sin adornos, sin horarios, rodeado de caras familiares y costumbres que se repiten con la ilusión de la primera vez, como si fueran nuevas cada año. Con la placidez que hay que pedirle al verano.

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Pepe Compañ. LP

Pepe Compañ, piloto comercial

Pepe Compañ tiene 23 años y estudió para ser piloto comercial, un sueño que ha cumplido, y ahora trabaja en una aerolínea. Veranea en El Mareny Blau desde que nació, y se podría decir que vive entre Valencia capital y el pueblo de Sueca, porque pasa tiempo allí siempre que puede. Un día perfecto para él tiene la siguiente forma: «Bajar a la playa por la mañana, subir al club social o al chiringuito antes de comer para picar algo: unos calamares, una cerveza bien fría o un tinto de verano. Comer en casa, un bañito en la piscina para hacer la siesta bien fresquito, y luego por la tarde ir al polideportivo. Por la noche hacerme un bocata, cenar en casa de algún amigo y estar en cualquier lado o en la playa hablando hasta la hora que sea».

Carmen Llinás, abogada de Anaford

Trabaja como abogada en el despacho Anaford y organiza su trabajo con la misma precisión que organiza también su tiempo libre, con el objetivo de poder disfrutar al máximo de su gente. Cualquier fin de semana del año la puedes encontrar paseando con sus padres y su perro Bruno por el paseo de El Mareny Blau y un día perfecto de verano para ella consistiría en: «Levantarme con mucha calma, desayunar en mi casa viendo el mar con mi familia, bajar a la playa con mis amigas. Comer en casa y echarme una gran siesta. Ir a la playa otra vez y por la noche irme a cenar con mi familia. Más tarde quedar con mis amigas para salir de fiesta por El Perelló. Volver a Iborra, pedirnos una pizza y comérnosla de resopón en el paseo».

Begoña Zaldua. LP

Begoña Zaldua, abogada de Broseta

Con tan sólo 25 años cuenta con una exitosa carrera en el despacho de abogados valenciano Broseta. Siempre pegada a sus hermanas y a sus primos, es una persona muy familiar y es justo esa característica lo que más le gusta de El Mareny Blau, pasar tiempo con su familia y también con sus amigas. Así describe un día perfecto en la urbanización: «Desayunar con los míos viendo el mar, bajar a la playa y pasar tiempo con las personas que más quiero. Subir a tomarme un aperitivo en bikini, darme una ducha en el jardín, comer algo fresquito y volver a bajar a la playa. Aprovechar para ir a merendar a La Beata y luego cenar por ahí o en casa, porque en mi terraza se está fenomenal, y estar de palique hasta las tantas».

Nacho Monllor. LP

Nacho Monllor, ingeniero en la empresa familiar

Estudió Ingeniería en Organización Industrial en la Universidad Politécnica de Valencia y trabaja en logística en el grupo de empresas familiar. Pasa los veranos metido en el agua, practicando surf, kite, o windsurf y un día perfecto para él es algo así: «Empiezo bajando a la playa a tomar el sol o a hacer surf. A mediodía me gusta ir a Hernández o al club social, seguido de una pequeña siesta. Las tardes están reservadas a practicar deporte: kite, frontón, tenis, fútbol… Por la noche, antes de cenar, una cerveza y después a la heladería, a dar una vuelta o de fiesta por El Perelló».

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