Rosa Barceló, también investigada, acude con sus hijas a Patraix
J. A. M.
VALENCIA.
Jueves, 24 de mayo 2018, 00:40
El número 4 de la calle Calamocha, sede de la Guardia Civil en Valencia, se convirtió ayer en epicentro informativo de la operación Erial. Ante la mirada curiosa de vecinos y el enfoque de una docena de cámaras dispuestas a la entrada de la sede, se produjeron los primeros movimientos de detenidos e investigados para el avance de las pesquisas.
Antes de las nueve de la mañana llegó allí la esposa de Eduardo Zaplana, Rosa Barceló. Lo hizo acompañada por sus hijas, y con rostro muy serio y preocupado. No ha trascendido si su visita al acuartelamiento respondía a su declaración en relación al caso, pues aparece como investigada en las diligencias, o bien fue para entregar ropa y medicamentos a Zaplana, opción perfectamente contemplada en el protocolo de los arrestos. Lo cierto es que abandonó la Comandancia pocos minutos después de las nueve, caminando a paso raudo y rodeada de periodistas que le preguntaban cómo se encontraba o si había podido visitar a su marido. No realizó ninguna declaración y tampoco respondieron sus acompañantes. Poco después de que Barceló dejara el cuartel, Zaplana salió en coche con rumbo a los registros en Madrid.
Minutos antes, otro de los detenidos fue conducido en otro vehículo por agentes de la Guardia Civil. Se trataba del empresario Vicente Cotino, sobrino del exconseller y exdelegado del Gobierno Juan Cotino. Mientras, permanecieron en las dependencias policiales sin movimiento alguno el hermano de Vicente, José Cotino, el también arrestado Joaquín Barceló y su esposa Felisa López. Hoy se prevé su puesta a disposición judicial.