El nuevo Consell, una estructura sobredimensionada para que Pérez Llorca intente ser candidato en 2027
Tres vicepresidencias para 11 consellerias son tantas como las que necesita Sánchez para coordinar los 22 ministerios de su Gobierno
El Diari Oficial de la Generalitat del pasado jueves publicó el decreto por el que se determinaban las secretarías autonómicas del Gobierno valenciano, el segundo ... escalón de la administración autonómica, inmediatamente por debajo del presidente y los consellers. En total, 30 responsables si se cuenta también al responsable de la Abogacía de la Generalitat, al comisionado para la reconstrucción y a la Intervención General. El pleno del Consell de este viernes ha aprobado los titulares de cada uno de esos cargos.
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El nuevo Gobierno nombrado por el President Juanfran Pérez Llorca cuenta, como es sabido, con tres vicepresidencias, la primera la ocupa Susana Camarero, la segunda José Díez y la tercera Vicente Martínez Mus. El citado decreto hace depender del segundo la sala de máquinas del Palau, al integrar en ese departamento la secretaría autonómica de Presidencia que dirigirá Henar Molinero, la de Análisis de Jacobo Navarro de Peralta, y la de Comunicación de Vicente Ordaz.
Y eso ya supone un matiz significativo con la etapa anterior. El decreto de 2 de diciembre de 2024 por el que se aprobaron las secretarias autonómicas del Gobierno de Carlos Mazón señalaba que la secretaría autonómica de Presidencia, como la del Gabinete del Presidente y Comunicación y la de Transparencia y Relaciones Institucionales dependían directamente del jefe del Consell. También la secretaría autonómica de relaciones con las UE y las CCAA y la Abogacía de la Generalitat.
El nuevo esquema, por tanto, libera al president de la Generalitat del día a día de la acción del Consell. El nuevo vicepresidente segundo, José Díez, será previsiblemente el encargado de esa labor al sumar a la estructura ya citada la responsabilidad sobre el secretariado del Consell. No deja de ser significativo que esa responsabilidad, clave en la acción del Gobierno, recaiga sobre el segundo vicepresidente y no sobre el primero. Pero esa circunstancia obedece probablemente a la voluntad de no hacer aún más evidente el recorte de poder a Susana Camarero, vicepresidenta primera y, en el anterior Consell, portavoz y responsable del secretariado del Gobierno, además de titular de Servicios Sociales.
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El cambio en el organigrama, además con tres vicepresidencias en lugar de las dos del anterior Ejecutivo, mejora el margen de maniobra del nuevo president para dedicarse al objetivo principal del año y medio de mandato que tiene por delante: amarrar su candidatura para optar a la reelección como jefe del Consell en 2027.
Pérez Llorca sabe que se juega en sólo unos meses de gestión la posibilidad de no ser un mero «presidente de transición». Y la estructura que ha diseñado le permite dejar el día a día de la acción de Gobierno sobre sus vicepresidentes, para dedicarse a trabajar en ese escenario. Contar con la complicidad de la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, le abre muchas puertas a esa posibilidad, aunque más allá de la sensibilidad que viene mostrando con la dana, el nuevo president tendrá que cerrar heridas con ese PP de Alicante que puede haber visto en su aterrizaje en el Palau cierta falta de lealtad hacia el anterior inquilino del Palau. «Va a tener que pisar muchas calles y muchas plazas», señala una fuente.
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Pero tres vicepresidencias, en un Consell de 11 carteras, resulta una cifra desproporcionada. El consejo de ministros que preside Pedro Sánchez cuenta con tres vicepresidencias –María Jesús Montero, Yolanda Díaz y Sara Aaegesen- para un total de 22 carteras. La proporción vicepresidente-ministerios no resiste comparación con la de vicepresidente-consellers en el Gobierno valenciano. El Consell de Carlos Mazón, cuando la dinámica era la de poner fin al despilfarro y la grasa en la administración, llegó a estar compuesto, entre julio y noviembre de 2024 (entre la salida de Vox y los cambios tras la dana) por una vicepresidencia y siete carteras, junto al president.
Ese sobredimensionamiento de vicepresidencias obedece a otras motivaciones. Camarero mantiene la vicepresidencia primera a pesar de dejarse buena parte de las competencias y funciones de la primera parte de la legislatura, desgastada por la defensa durante un año de la gestión de la dana. Pero resulta discutible considerarla como la número dos del Consell pese a sus competencias sobre Vivienda, Empleo, Juventud e Igualdad. Ese puesto parece bastante más atribuible a Díez, vicepresidente y conseller de Presidencia, y que se perfila como el hombre de Pérez Llorca en el Consell. La otra vicepresidencia, la tercera y Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras, Territorio y de la Recuperación, es la encargada de la recuperación de la riada y tendría poco sentido quitarle el rango adquirido.
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El esquema de tres vicepresidencias encuentra un antecedente en la administración valenciana. Francisco Camps optó tras la mayoría absoluta de las elecciones de 2007 por un esquema con tres vicepresidentes, responsabilidades que recayeron sobre Vicente Rambla, Gerardo Camps y Juan Cotino. El Palau de la Generalitat vino a sostener entonces que el esquema respondía a una división, política, económica y social, de la acción del Consell, con los tres vicepresidentes al frente de cada una de esas responsabilidades.
La actual, en cambio, parece bastante menos clara. Díez se perfila como el hombre fuerte, Martínez Mus como encargado de la reconstrucción –de él depende el nuevo comisionado Raúl Mérida- y Camarero mantiene el rango pese a la pérdida de protagonismo.
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