El Gobierno trata de zanjar la crisis de Ángel con su dimisión y recambio por Zulima Pérez
El comisionado especial para la dana abandona el cargo sin haber comparecido y alengado sufrir la «inquina» del PP
Por el humo se sabe dónde está el fuego y José María Ángel se estaba quemando y, con él, el propio Gobierno, que no ... tardó demasiado en darse cuenta de la imposibilidad de mantener en el puesto al comisionado especial para la reconstrucción tras la dana. El Ejecutivo, ya en la mañana del martes, evitó pronunciarse y se puso «a la espera». Al día siguiente, pidió la documentación necesaria para «adoptar la decisión pertinente» al investigado por la Fiscalía a causa de contar con un título universitario falso en su expediente como funcionario en la Diputación de Valencia, pesquisas iniciadas una vez la Agencia Antifraude finalizó las suyas decidió derivar el caso a instancias judiciales. La situación de Ángel pintaba mal. Al margen de si el delito está prescrito o de si debiera o no devolver los ingresos percibidos durante décadas por gozar y cobrar en función de una categoría A como empleado público para la cual no contaba con la titulación adecuada, la falsedad de la documentación universitaria de Ángel era indefendible. De hecho, el comisionado ha comunicado su dimisión sin comparecer públicamente a dar explicaciones.
¿Si no era necesario, para promocionar, contar con una licenciatura, por qué en su expediente hay un título universitario con fecha de los años 80, cuando esa carrera no existió hasta una década después y, casualmente, encajaba como un guante en el perfil de Ángel?
Esa pregunta no ha podido ser respondida por el histórico dirigente socialista, ni cuando el martes emitió un comunicado para defenderse ni cuando ayer, a primera hora de la mañana, se hizo pública la carta que había remitido al ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, para presentar su dimisión. No había escapatoria.
El comisionado dio su explicación a través de un comunicado y se va tras escribir una carta al ministro Torres
La escalada de tensión y exigencias de rigurosidad en los currículums generada a partir de la dimisión de la diputada popular Noelia Núñez se ha llevado por delante a un histórico del socialismo valenciano que había sido recuperado por el PSPV tras la dana. Ángel presentaba un historial de gestión en Emergencias de la Generalitat del que los socialistas presumían, y que contraponían frente al modus operandi de la exconsellera Salomé Pradas y su equipo al inicio de la dana. La aparición de esa titulación falsa ha pulverizado el crédito político de Ángel, que se va sin decir adiós más que por escrito.
El ya ex comisionado presentó la dimisión en una carta en la que mantiene que «jamás» ha falsificado ningún documento ni se ha valido del mismo para acceder a ningún puesto. El ya ex presidente del PSPV denuncia que desde fue designado como comisionado ha habido «reiteradas actitudes de inquina» hacia su persona, «con el único objetivo de intentar socavar, dañar y manchar una trayectoria de servicio diligente y transparente».
La «inquina» venía del PP, que tras la marcha de Ángel ha considerado que el asunto no se zanja con su salida. Obviamente, a los populares no les ha venido nada mal la crisis de los socialistas valencianos y en la maquinaria del Gobierno generada en torno a la dana. El Ejecutivo central y el propio PSPV ha tratado de dar carpetazo a la situación con la sustitución de Ángel por Zulima Pérez.
Desde Moncloa se ha considerado que «coherente». La vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, ha subido el tono asegurando que la «ejemplaridad» es «exigible» a todos. La ministra y líder del PSPV ha defendido abiertamente a Ángel por su «hoja de servicios», no por su curriculum, que según ella, es menos relevante que la gestión demostrada por Ángel. Pero sin querer «entrar en detalles», que en realidad es el meollo de la cuestión, el problema que saca a Ángel de la ecuación, el porqué, quién, cómo y cuándo se presentó un documento público falseado, esa titulación universitaria.
Desde Canarias, el ministro Ángel Víctor Torres se remitió a la carta del dimitido y le defendió. Al ser interrogado, entonces, por el motivo de su dimisión (ya que Ángel afirma que actuó correctamente), Torres ha asegurado que el contenido de la carta es claro, dándolo por bueno, ya que el ex comisionado consideraba que «lo mejor es hacerse a un lado». Ya es casualidad y feliz coincidencia que en el Ejecutivo no se opusieran a su salida: «Nosotros aceptamos esa dimisión». Torres eligó la trayectoria de Ángel, su «entrega», «conocida en la Comunidad» y le agradeció «los servicios prestados».
A comisionado políticamente muerto, comisionada puesta: Zulima Pérez. El Gobierno ha decidido situar como recambio de Ángel a otra reconocida socialista. Mucho más joven pero también con el ADN de pura cepa PSPV, con trazas, trazos y trozos bien evidentes del sector del partido más influido por Ximo Puig.
Pérez se había incorporado al equipo de asesores del Gobierno a través del departamento que dirige Ángel Víctor Torres, el ministerio de Política Territorial. y concretamente desde la secretaría de Estado que lidera Arcadi España, con el que mantiene una buena relación desde los años del Botánico. El ministro, al confirmar la incorporación de Pérez al puesto de comisionada, ha destacado que Pérez ya era asesora del Ministerio de Política Territorial y coordinadora del comité de expertos para la reconstrucción y por tanto «conoce» esta materia. Además, subrayó que Pérez es doctora en Derecho y es de Alcoi, por lo que puede descartarse problemas de titulación, y se mostró convencido de que lo va a hacer «bien».
«Lo importante es que no se pare la reconstrucción, seguimos adelante de manera inmediata», ha añadido el Torres, que ha defendido que las personas son importantes, pero lo es más el trabajo que se está haciendo para paliar los efectos de la dana. Precisamente, aunque no dándole la razón, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha reclamado que Pérez rectifique la actitud de su predecesor y, de una vez, se conforme una comisión mixta entre los dos gobiernos, el central y el autonómico, para que se coordinen los trabajos de reconstrucción. Sería de desear, además, que esa labor conjunta por la que aboga Mazón también sirviese para enterrar el hacha de guerra política.
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