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¿Y para cuándo una cumbre de la Tarraconensis?

Puestos a recordar entidades históricas, no nos quedemos en una fecha, viajemos en el tiempo

Pablo Salazar

Valencia

Miércoles, 9 de julio 2025, 23:26

La historia, siempre la historia. Imprescindible para entender el presente y tratar de descifrar el futuro. Me apasiona la disciplina tanto como me inquieta el ... uso interesado que se hace de ella. Unos y otros, izquierda y derecha, nacionalistas periféricos, independentistas, regionalistas y españolistas. Vamos con un ejemplo: entre ayer y hoy se está celebrando en Barcelona una cumbre empresarial con la participación de las organizaciones patronales de Cataluña, Aragón, Baleares y la Comunidad Valenciana. Es decir, los territorios de la antigua Corona de Aragón. El objetivo, según la CEV, es «tratar los retos comunes en movilidad, turismo, vivienda e innovación». Reunirse con las regiones vecinas siempre es conveniente. Es obvio que Valencia tiene más relación con Aragón, Cataluña y Baleares que con Galicia, Asturias y Cantabria. O con las Canarias, Ceuta y Melilla. Pero también tiene muchos puntos en común con Murcia y con Castilla-La Mancha, las otras autonomías fronterizas, ausentes del cónclave. A veces para bien (comercio, transportes, cultura, solidaridad...) y otras para mal, como con el conflicto por el trasvase del Tajo. La cercanía, el contacto, el flujo de personas y mercancías, también de ideas, se nota en el habla, la gastronomía, la arquitectura, las tradiciones. ¿Por qué entonces circunscribir una cumbre empresarial a las comunidades de una Corona que a efectos prácticos dejó de existir hace más de 300 años, como bien se encarga de recordarnos el nacionalismo y el independentismo con sus menciones constantes a la batalla de Almansa y a la abolición de los Fueros? ¿No es cargar de razones a los promotores de proyectos rupturistas que amparándose en la historia se presentan luego vestidos con el traje de los països catalans? Puestos a intensificar las relaciones empresariales, nuestro mejor cliente no hay que ir a buscarlo a la Corona aragonesa sino que se encuentra en Madrid, aunque le pese al soberanismo valenciano/catalán. Al que le molesta que Valencia sea el puerto y la playa de Madrid pero no el patio trasero de Cataluña. Y sobre todo, puestos a bucear en el pasado para articular unas cumbres que por sus implicaciones políticas resultan poco apropiadas, ¿por qué quedarse en el siglo XVIII? Viajemos en el tiempo, que es gratis, vámonos a la Hispania romana, a la división provincial, a la Tarraconensis. De tal forma que podamos organizar una cita con las patronales de los territorios que formaban parte de dicha provincia. ¿Descabellado? Por supuesto, pero no menos que lo que está teniendo lugar ahora mismo en Barcelona.

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