Los tres sistemas de juego de Julián Calero para Primera

El Levante se construye desde atrás. Así lo ha expuesto Julián Calero en una entrevista concedida al club, en la que ha dejado muchos titulares. Uno de ellos es la confirmación de que está probando tres sistemas de juego diferentes: «El sistema sí que lo puedo variar. Vamos a manejar tres esquemas distintos, que ya estamos trabajando en pretemporada. Queremos tener más alternativas para poder sorprender a nuestros rivales, o al menos para combatirlos bien». La buena cantidad de refuerzos que están llegando en el plano defensivo (dos centrales y tres laterales) dan a entender que el plan es acumular a muchos hombres atrás. Calero ya da por cerrada la carpeta defensiva, y alude que era necesario comenzar reforzándose desde la base: «Empezamos reforzando la defensa porque teníamos escasez, ahora toca cubrir otras posiciones».

Los laterales que han llegado, además, destacan por su recorrido ofensivo. Víctor García, de hecho, abandonó la posición de lateral derecho la pasada campaña para jugar como banda en el Eldense. Manu Sánchez, al llegar, ha reconocido su faceta ofensiva: «Soy un jugador que tiene mucho recorrido. Me gusta llegar a zona de ataque y dar asistencias«. Por eso, ambos encajarían a la perfección en un sistema de 5-3-2, con ellos en los carriles. Para esta empresa se han incorporado dos centrales: Alan Matturro y Matías Moreno, y solo ha salido Ignasi Miquel. Ahora son cinco, si descontamos a Martín Krug, los centrales de los que dispondrá Calero la temporada que viene.

El sistema de 5-3-2 está siendo la principal novedad esta pretemporada. En los tres amistosos disputados hasta ahora: Johor, Teruel y Neom, el equipo ha disputado la primera parte con esa formación. Pero hasta ahora no ha salido bien. En los tres encuentros al descanso el resultado fue 0-0. En las segundas partes, tras cambiar el diseño táctico, llegaron los goles granotas. Queda claro que es un sistema de corte defensivo.

Los otros dos esquemas que ensaya Julián Calero parten de una defensa de cuatro hombres, pero se diferencian en su disposición ofensiva. En uno de ellos, el equipo juega con dos delanteros en punta, mientras que en el otro se opta por un solo atacante acompañado por un enganche que actúa por detrás. Estas variantes tácticas ya se vieron durante la pasada campaña, en la que el Levante apostó en numerosos encuentros por una doble punta atípica formada por Brugué y Morales, futbolistas versátiles capaces de moverse con libertad por todo el frente de ataque. A estos perfiles móviles se suman en la parcela ofensiva Carlos Espí e Iván Romero, a la espera de que se incorpore definitivamente Koyalipou. La riqueza de perfiles distintos y la adaptabilidad de jugadores como Brugué le van a dar a Calero opciones para alternar por arriba.

Pero el plan de Julián Calero va más allá del once: «Nuestro equipo tiene unas señas de identidad que no voy a variar. Queremos ser reconocibles, ordenados, trabajadores, dinámicos, agresivos en ataque; un equipo que sepa correr y manejar las áreas». Cabeza y corazón, así es como quiere sortear el descenso este Levante.

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