La derrota en El Alcoraz evidencia las carencias defensivas del Levante en el juego aéreo

Pasado ya el mal trago del sábado en Huesca, el Levante sigue preparándose de cara al próximo partido en casa contra el Albacete, uno de los rivales del equipo de Orriols de cara al ascenso. Para ello será necesario que los hombres de Javier Calleja se repongan y aprendan de la derrota en El Alcoraz.

Este tropiezo, que supuso el fin de la racha que ostentaba el equipo azulgrana de veinte partidos sin perder, estuvo marcado por la fragilidad del Levante en las labores defensivas y sobre todo en la mala defensa de los balones aéreos lanzados hacia la portería de Dani Cárdenas. Algo que el equipo oscense supo aprovechar ya que los tres tantos que sentenciaron al equipo levantinista llegaron gracias a tres remates de cabeza dentro del área granota dejando el partido sentenciado, haciendo así inútiles los esfuerzos del equipo de Orriols por llevarse el encuentro.

Cabe recordar que para el partido frente al Huesca, Calleja no pudo contar con sus principales baluartes en la defensa de los balones por arriba. Y es que hombres como Iborra, Vezo o Postigo no pudieron participar en el choque debido a sus respectivas lesiones.

No obstante, esta carencia defensiva es de sobra conocida entre los aficionados granotas. Es cierto que en el presente curso futbolístico todavía no se había manifestado, pero en las anteriores campañas en Primera División el Levante siempre tuvo como rasgo representativo la debilidad ante jugadas a balón parado y en el juego aéreo. Una parte del juego que sigue siendo una asignatura pendiente tras el descenso, que fue provocado en parte por la fragilidad por arriba que costó muchos goles y puntos en la élite.

Definitivamente un aspecto a tener en cuenta para un Calleja que el pasado sábado vivió su primera derrota como técnico granota y que actualmente tiene al equipo como tercer clasificado.

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