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Primera planta del garaje afectado. N.Roca.

«Sigo sin garaje casi un año después de la dana»

Es uno de los muchos casos de la zona cero en el que los vecinos reclaman soluciones urgentes, ya que «el garaje sigue inservible mientras las ayudas apenas cubren una fracción de los 550.000 euros necesarios para rehabilitarlo»

Nacho Roca

Catarroja

Martes, 2 de septiembre 2025, 01:02

Isabel todavía no puede guardar su coche en el garaje de su edificio en la calle Emili Ferrer de Catarroja. Casi un año después de ... la riada del 29 de octubre de 2024, el sótano sigue impracticable y lleno de secuelas estructurales que lo hacen inservible. Recuerda con claridad aquella noche en la que el agua entró con violencia hasta alcanzar tres metros de altura en algunas calles próximas. «Nos vino de sopetón, aquí no llovía y de repente el agua estaba a tres metros de altura», recuerda.

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La situación del garaje es hoy la gran preocupación. El presupuesto para rehabilitar los dos sótanos asciende a 550.000 euros, pero el Consorcio únicamente ha concedido 120.000, una cantidad que se queda muy lejos de lo necesario. Isabel explica que, mientras tanto, su comunidad de vecinos apenas ha recibido 18.000 euros para la finca, cuando solo el ascensor ya cuesta más de 20.000.

A ello se suman otros gastos ineludibles como el cambio de bombas, tuberías, limpieza de contadores, sustitución de puertas que no cierran, reparación de agujeros, pintura del patio y renovación de telefonillos. Cada vecino tendrá que aportar unos 2.000 euros extra para cubrir estos arreglos inmediatos, un esfuerzo que muchos no pueden afrontar después de meses de desembolsos.

Los sótanos permanecieron inundados más de dos meses y, aunque ahora están vacíos, siguen lejos de ser operativos. «Nos han dicho que puede tardar seis meses o un año más. Mientras no se arregle el garaje, es como vivir con una herida abierta», afirma Isabel. Más allá de los coches o las instalaciones, lo que más duele son los recuerdos perdidos. «Haces una lista y siempre falta algo. De repente te acuerdas: si eso estaba abajo, si eso también lo perdí», dice con tristeza.

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El coche de Isabel, un Seat Toledo diésel con 160.000 kilómetros, tampoco sobrevivió a la riada. Lo perdió bajo el agua y, como compensación, apenas ha recibido 1.000 euros. «¿Qué hago yo con eso? Es imposible comprarse otro coche con esa cantidad», lamenta. Ha optado por no reemplazarlo «porque demasiados gastos tengo ya con la casa y con la comunidad. Un coche ahora mismo es un lujo que no me puedo permitir».

El caso de Isabel es el reflejo de cientos de familias que, tras casi un año, siguen atrapadas en la incertidumbre. La noche del 29 de octubre, sus hijos pensaron en bajar al coche, pero ella insistió en que se quedaran en casa. «Menos mal que hicieron caso, porque la fuerza del agua arrastraba furgonetas y camiones. No hubieran podido salir». En la finca de enfrente, incluso, vecinos quedaron atrapados en ventanas y tuvieron que ser rescatados por otros residentes. «Fue un milagro que no hubiera más víctimas», dice con la voz aún temblorosa.

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