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El pan sabe distinto desde hoy

Entra en vigor la norma que limita el contenido máximo de sal en la elaboración de panes: una medida que implanta el Ministerio de Agricultura con la intención de apostar por una alimentación más saludable

J.A.L.

Viernes, 8 de abril 2022, 00:49

Viernes, 8 de abril: una pequeña fecha para la humanidad, un día clave para uno de los gestos más cotidianos que distinguen a quienes son ... educados al amor de la cultura mediterránea, donde la cocina juega un papel estelar y el pan consagra la mayor parte de ingestas. El rito de almorzar será distinto: entra en vigor una medida de reducción de la sal en la elaboración de panes, aplicada por el Ministerio de Agricultura según una norma de calidad del pan que rige desde julio de 2019, cuya puesta en marcha se pospuso «para que los fabricantes de pan dispusieran de un periodo de adaptación», explica el Ministerio, que justifica la decisión en estos términos: «El sector panadero llevaba años abordando de manera voluntaria la reducción de los contenidos de sal en sus productos, convencidos de la necesidad de hacerlos más saludables para los consumidores».

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La norma establece que el contenido máximo de sal permitido en el pan común, «como producto acabado», debe ser de 1,31 gramos por cada 100 gramos de pan (13,1 g de sal por kilogramo de pan o el correspondiente 0,52 g de sodio por 100 g de pan), «si se analiza mediante determinación de cloruros». «O bien de 1,66 gramos de sal por 100 gramos de pan (16,6 g de sal por kilogramo de pan o el correspondiente 0,66 g de sodio por 100 g de pan), si se analiza mediante determinación de sodio total», añade el Ministerio en su comunicado, que recuerda que la reducción de sal obedece a «una actualización normativa que había sido demandada por parte del sector productor y que respondía a dar las máximas garantías a los consumidores en cuanto a los productos que consumen». «En ella se incluían medidas de distinta índole», prosigue la nota ministerial, «que buscaban caracterizar y definir de manera clara e inequívoca determinados productos como son los panes integrales, los panes de cereales o semillas distintos al trigo, o distintas formas de elaboración como puede ser la artesana o la realizada con masa madre».

¿Resultado? A gusto el consumidor, desde primera hora de la mañana: cuando cada cual ataque su bocadillo o se lleve una rebanada a la boca para acompañar el pincho de tortilla será el momento clave para calcular la dimensión de esta medida que opera sobre uno de los bocados más populares, indispensable en la cesta de la compra valenciana y del resto de España, cuyo aporte salino pasa a menudo desapercibido: según algunos especialistas, la medida implantada desde este viernes ayudará a rebajar el 20 por ciento de la sal oculta en nuestra diaria, según la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, que aconseja una ingesta entre los 2 y los 5 gramos al día. Una pauta que en España se dispara hasta los 9 gramos de media, con la consiguiente derivada en el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria que se rebajará (se supone) a medida que se materialicen los efectos de esta nueva modalidad de panes: más sanos, pero también más sosos.

 

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