Dos personas observan los precios en una inmobiliaria de Valencia Irene Marsilla

El precio por alquilar una habitación cae en Valencia: «Se habían pasado tres pueblos»

La capital del Turia sufre la segunda mayor bajada trimestral de España en el coste del arrendamiento compartido acusada por la fiebre de la oferta en el último año

Kike Cervera

Valencia

Jueves, 16 de octubre 2025, 00:55

El mercado del alquiler de habitaciones en Valencia se enfría después de un año de auténtica fiebre. Tras meses de crecimiento desbocado en la oferta ... y precios que apenas encontraban demanda, el coste medio por habitación ha caído un 8% en el último trimestre —la segunda bajada más pronunciada del país, sólo por detrás de Badajoz— hasta situarse en 380 euros mensuales, 25 por debajo de la media nacional.

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Según los datos del portal Idealista, la capital del Turia se ha convertido en un caso paradigmático: una ciudad donde la oferta no ha parado de crecer mientras la demanda se reducía trimestre tras trimestre, forzando una corrección de precios que empieza a devolver el equilibrio al mercado.

Y es que el primer trimestre del año ya apuntaba maneras: pues, si bien los precios se mantuvieron estables (0%) en su variación interanual, la demanda se desplomaba un 19% y la oferta subía un 34%. En el segundo trimestre, esa tendencia se agudizó: el precio subió levemente un 1%, pero la demanda cayó un 28% y la oferta se disparó un 70%, la quinta subida más intensa del país tras Ciudad Real, Santa Cruz de Tenerife, Ceuta y Palma de Mallorca.

Ahora, en el tercer trimestre, la situación ha tocado techo. La oferta ha seguido creciendo —un 45% interanual— hasta alcanzar unas 2.600 habitaciones disponibles en la capital, mientras que la demanda se ha reducido algo menos, un 4%. El resultado: una bajada notable del precio medio que corrige el exceso de expectativas acumulado durante el último año y que sitúa a la capital valenciana en el 12º puesto nacional por precio medio (380 euros), muy por debajo de Barcelona (600), Madrid (550) o Palma (510). En el conjunto de capitales de la Comunitat los precios también caen, lo que refuerza la idea de un ajuste generalizado tras meses de euforia en el sector.

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«Ha habido un aumento desmesurado de la oferta de habitaciones en alquiler», explica Vicente Díez, portavoz del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Valencia (Coapiv), quien detalla que el fenómeno tiene dos causas principales: «La primera, la mayor rentabilidad que muchos propietarios veían en este tipo de alquiler frente al de pisos completos. Y la segunda, la reconversión de viviendas turísticas: ante la retirada de licencias en la ciudad, muchos promotores transformaron esos apartamentos en pisos compartidos. Eso hizo crecer mucho la oferta, pero la demanda no ha acompañado en la misma medida».

La consecuencia ha sido una corrección inevitable. «Muchos pusieron habitaciones con precios con los que se habían pasado tres pueblos —admite—, y eso tenía que ajustarse. Hoy es muy difícil alquilar una habitación por más de 500 euros en Valencia. El mercado se ha reajustado porque no había otra opción», resume.

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Preferencias y realidad del mercado

El portavoz del Coapiv también apunta a la prioridad de los inquilinos en cuanto a sus hábitos: «La gente prefiere vivir con conocidos antes que alquilar una habitación por su cuenta. Cada vez más jóvenes se agrupan entre amigos para alquilar un piso completo, donde los precios empiezan a estabilizarse. Eso reduce todavía más la presión sobre el mercado de habitaciones».

De hecho, según idealista, el alquiler tradicional ha encontrado los primeros vestigios de estabilización en la capital del Turia después de cuatro años ininterrumpidos de subida, con un leve descenso del 1% en el último trimestre, lo que suponen los tres primeros meses seguidos con variación negativa trimestral desde la pandemia.

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Más libertad para el propietario

Por su parte, Nora Igarka, presidenta de la Asociación de Inmobiliarias de la Comunitat Valenciana (Asicval), añade un tercer factor que ha impulsado esta proliferación de habitaciones: la flexibilidad legal. «El alquiler por habitaciones da mucha más libertad al propietario que hacerlo con un piso completo», apunta.

Mientras que la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) obliga a mantener contratos de cinco o siete años y limita las subidas de renta, los alquileres por habitación escapan en gran medida de esa regulación. Así, el propietario puede fijar precios, duración y condiciones de forma libre, y resolver el contrato fácilmente, otorgando «una libertad que ha animado a muchos a lanzarse a este tipo de alquiler», añade Igarka.

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Sin embargo, esa misma flexibilidad puede volverse en contra del mercado. «Muchos piensan que ofrecer más habitaciones y a precios más altos puede ser un negocio redondo —añade Díez—, pero la realidad es que la demanda no es infinita. Cuando la oferta se multiplica y los bolsillos se tensan, los precios acaban corrigiéndose por sí solos».

Valencia, epicentro del fenómeno

Con un 10% del total de la oferta de habitaciones de España, Valencia se sitúa como la tercera ciudad de España en este tipo de anuncios, sólo por detrás de Madrid (23%) y Barcelona (12%), si bien de manera sobrerrepresentada respecto a los habitantes de las dos principales ciudades del país.

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Para Vicente Díez, el cambio es positivo: «Lo que vemos es una normalización. El mercado se está recolocando donde debe estar, después de un año en el que la fiebre por la rentabilidad llevó los precios a un punto que el inquilino medio no podía asumir».

La capital valenciana baja el ritmo, pero no el pulso. Y en ese proceso, el mercado de habitaciones deja de ser terreno de fiebre especulativa para convertirse, de nuevo, en una alternativa de acceso al alquiler, pero con los pies en la tierra.

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