Unidos por la sostenibilidad: cómo Alejandro Vergara y Cian White fundaron la startup ODOS
Coincidieron en un proyecto en Irlanda y la vida los llevó a trabajar juntos de nuevo
Alejandro Vergara y Cian White no se conocieron en una incubadora de empresas ni en una sala de juntas. Se encontraron en medio de pastos ... verdes, vacas lecheras y un objetivo común: transformar la agricultura desde la raíz. Ambos trabajaban en el futuro de la agricultura, eran investigadores de doctorado en Irlanda -Alejandro, originario de Ecuador, estaba centrado en estrategias climáticas en el sector lácteo; Y Cian, irlandés, estudiaba ecología- y no se conocían hasta que coincidieron en el proyecto Farm Zero C.
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La ambiciosa iniciativa para crear la primera granja climáticamente neutra de Europa fue la primera piedra de su relación. Como sucede en diferentes aulas, los alumnos se sienten impotentes de que no se pongan soluciones a los problemas que atacan la sociedad, y Alejandro y Cian no iba a ser la excepción. «Durante el doctorado veíamos lo mismo una y otra vez», cuenta Alejandro. A lo largo de todo el proyecto, él se enfocó en medir la huella de carbono y ayudar a los agricultores, mientras que Cian desarrollaba las herramientas para restaurar la biodiversidad sin comprometer la productividad. «En una encuesta a 300 agricultores, más del 90% dijo que la sostenibilidad era su mayor desafío», narra Alejandro.
Los agricultores se enfrentaban a cientos de dificultades, entre ellas la imprecisión del clima, la estricta normativa, y la presión que iba aumentando por momentos sobre ellos. Alejandro y Cian supieron escuchar el grito de ayuda de los trabajadores; vieron como las herramientas para apoyarlos eran lentas, estaban fragmentadas, o simplemente no existían. Ellos conocían los datos, la ciencia, y se pusieron en marcha con el plan para poder ayudarles.
ODOS se funda en 2020 de la mano de Alejandro, que dedicaba sus días enteros a poder mejorar la sostenibilidad y reducir el impacto ambiental del sector agroalimentario. Durante el día se dedicaba a investigar, mientras que por las noches asesoraba a empresas agroalimentarias, ayudándolas a entender su impacto ambiental (la agricultura es responsable del 15% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero).
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Dos años más tarde, en 2022, tras muchas conversaciones y más de una cerveza en terrazas, invitó a Cian a unirse a la startup. Para entonces, el irlandés ya había trabajado por su cuenta en el desarrollo de una herramienta de teledetección para monitorizar la biodiversidad en fincas a través de imágenes satelitales. Ambos sabían que si unían ideas llegarían más lejos, que serían más fuertes. Y así ha sido.
Lo que comenzó como una colaboración científica, terminó convirtiéndose en una alianza empresarial con un propósito. Juntos tenían los cimientos de algo que cambiaría la vida de muchas personas: una plataforma que permitiera a cooperativas, empresas alimentarias y agricultores tomar acciones climáticas reales. Tenían claro, y lo siguen teniendo, que el sistema agroalimentario debe transformarse en un modelo más rentable y sostenible, y que eso «empieza por empoderar al agricultor, no culparlo», aseguran.
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De esta manera nació ODOS tal y como se conoce a día de hoy. Durante meses, Alejandro y Cian se dedicaron a conocer la parte más íntima de la agricultura: visitaron granjas, hablaron con cooperativas, agricultores, investigadores y responsables políticos… Tomaron té en cocinas, caminaron por pastos y aprendieron de primera mano qué necesitaban realmente los agricultores. «Ese tiempo lo cambió todo», dice Cian. «Sigue siendo una de las partes más significativas de nuestro camino: escuchar, aprender y sentirnos bienvenidos en la vida de los agricultores».
A través de su interés, su investigación se convirtió en una plataforma capaz de monitorizar emisiones y biodiversidad a lo largo de cadenas de suministro completas, ayudando a las cooperativas a cumplir con las normativas medioambientales. Además, ofrece a los agricultores información útil, sin una carga administrativa adicional, para que puedan disminuir la contaminación que producen. Todo el conjunto les ha llevado a cerrar este 2025 una ronda de financiación de 680.000 euros, liderada por Capsa Food (Grupo Central Lechera Asturiana) junto a la participación de TTAF by Clave y de Angels.
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Su tecnología ya se utiliza en toda Europa, es capaz de medir la biodiversidad en 30 segundos con un 90% de precisión. Pero detrás del crecimiento, la historia sigue siendo la misma. Cian lidera el desarrollo del producto, impulsado por la convicción de que la investigación solo importa si se traduce en un impacto real. Y Alejandro, sigue siendo especialista en emisiones y el conector entre las personas. Cada uno aporta en una parte del proyecto, pero siempre se mantienen juntos, porque ninguno de los dos estaría ahora donde está si no hubiesen tenido las ideas del otro. «Siempre escuchando, siempre cerca de quienes ayudan», aseguran ambos cofundadores.
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