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Fallece Emilio de Ybarra y Churruca, el último gran banquero

Fallece Emilio de Ybarra y Churruca, el último gran banquero

Protagonizó la expansión e internacionalización del BBVA y formó parte de la ejecutiva de Vocento

r.c.

Miércoles, 17 de julio 2019, 13:32

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Emilio de Ybarra y Churruca falleció este miércoles en Madrid a los 82 años. Personalidad destacada en la historia más reciente la economía e industria española, pertenecía a una conocida saga familiar vinculada por tradición con el mundo empresarial. Si su bisabuelo materno, Evaristo de Churruca y Brunet, primer conde de Motrico, fue artífice de la construcción del Puerto Exterior de Bilbao y de la canalización del río Nervión, también su abuelo materno, Alfonso de Churruca y Calbetón, primer conde del Abra, fue diputado en Cortes por Zumaia, presidente de Altos Hornos de Vizcaya, de la Junta de Obras del Puerto de Bilbao y de Campsa. Incluso su tatarabuelo paterno, Gabriel de Ybarra y Gutiérrez de Caviedes, fue uno de los fundadores en 1856 del Banco de Bilbao, una entidad que está en el origen de buena parte del desarrollo empresarial e industrial de nuestro país.

Emilio de Ybarra y Churruca había nacido en San Sebastián, el 9 de noviembre de 1936, pocos meses después de iniciada la guerra civil española. Era hijo de Santiago de Ybarra y Zapata de Calatayud y de María de los Dolores de Churruca y Zubiría. Al morir su padre en la contienda, lo mismo que su tío Emilio y también el único cuñado de aquel, Alfonso de Churruca y Zubiría, fue educado por su madre y por sus dos abuelos. Alumno del Colegio de los Jesuitas en Indautxu, estudió posteriormente Derecho y Económicas en la Universidad Comercial de Deusto, entonces bajo la dirección docente del Padre Bernaola.

El salto del BBVA

Después de licenciarse inició su carrera profesional en la sociedad de La Orconera, empresa concesionaria en la extracción del mineral destinado a los principales centros siderúrgicos. Sin embargo, fue en el Banco de Bilbao donde asentó una carrera que habría de llevarle hasta la presidencia de la entidad tras la fusión con el Banco de Vizcaya en 1990 -o incluso después de la integración con Argentaria en 1999-, hasta el año 2001, fecha en la que abandonó la copresidencia de la entidad como consecuencia del llamado 'caso BBVA', del que fue absuelto posteriormente en todas las instancias judiciales. Con anterioridad había trabajado como director de la sucursal del Banco de Bilbao en Las Arenas (Bizkaia) y varios años en los servicios centrales, hasta que primero fue nombrado miembro de su consejo de administración y tiempo después consejero-delegado y luego vicepresidente por José Ángel Sánchez Asiaín. Fruto de su impulso y del equipo que dirigió fue el crecimiento, la expansión y la positiva internacionalización del banco, especialmente en Latinoamérica y México, donde la filial es hoy la primera institución financiera de ese país y un activo fundamental en el actual beneficio de BBVA.

Otra de sus principales dedicaciones profesionales fue la que le vinculó con el grupo Vocento. Heredero de los intereses de su familia 'El Pueblo Vasco', siempre apoyó la integración con El Correo y con 'El Noticiario Bilbaíno', para después impulsar desde el consejo de Bilbao Editorial la modernización y la expansión del Grupo Correo, junto con Fernando de Ybarra y López Dóriga, Alejandro Echevarría Busquet y José María Bergareche, entre otros, poniendo los cimientos de lo que es hoy Vocento, compañía líder en su sector. Igualmente perteneció al consejo de administración y a la comisión ejecutiva de Repsol; y fue presidente de Tubos Reunidos.

Inquieto y afable

Aunque nació accidentalmente en San Sebastián, su permanente adscripción a un bilbainismo entusiasta le relacionó toda su vida con los bilbaínos y con las principales instituciones sociales y culturales de la Villa, como el Athletic -donde hasta hace bien poco ha mantenido su carné de socio-, la ABAO, la Semana Grande, la Sociedad Bilbaína, los clubes de Getxo y, por supuesto, los frontones, donde era habitual su presencia por su confesada afición a la pelota. En 1992 fue nombrado Cónsul de Bilbao por la Cámara de Comercio, una distinción que ostentó desde entonces con profundo orgullo y que siempre agradeció. De su matrimonio con María Aznar Ybarra tuvo cuatro hijos: Emilio, Ignacio -actual presidente de Vocento-, María y Lucía. Persona de una indudable bonhomía y de una energía extraordinaria, seguía en plena actividad, incluso viajando de forma incansable a pesar de que su salud se había resentido en los últimos tiempos. De hecho, hace apenas diez días embarcó en el 'Juan Sebastián Elcano' y participó en la travesía que el buque escuela efectuó desde Getxo a Getaria para conmemorar el V Centenario de la vuelta al mundo de Elcano y Magallanes.

Emilio de Ybarra y Churruca era miembro de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza y Académico de Número de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras. Además, estaba en posesión de numerosas distinciones y condecoraciones, como la gran cruz de la Orden del Mérito Civil (1967) y la gran cruz de la Orden de Isabel la Católica (2002), entre otras.

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