Planta principal de Edwards en las que se producirán las válvulas. Jesús Signes

Edwards Lifesciences inicia la cuenta atrás para empezar a salvar 50.000 vidas al año desde Moncada

La firma contratará a trabajadores para la planta a partir de 2026 y los formará en su meticuloso proceso de tejido de válvulas cardíacas

Javier Gascó

Valencia

Domingo, 19 de octubre 2025

Hagamos un ejercicio de imaginación. Tienen en sus manos la capacidad de salvar vidas con un diminuto producto que requiere de un minucioso y preciso ... trabajo manual. Teniendo en cuenta que dispone de una plantilla de más de 1.000 trabajadores a su disposición, pero que ninguno de ellos cuenta con experiencia previa y la única vía de éxito es formar a cada uno de ellos para que sean capaces de elaborar este revolucionario producto, ¿qué cantidad de vidas creen que podrían salvar en un año?

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Lo que podría parecer el enunciado de un problema matemático no es más que un pequeño contexto del proyecto que la compañía estadounidense Edwards Lifesciences está ejecutando en Moncada. Su respuesta es tan ambiciosa como realista. «Aquí vamos a producir 50.000 válvulas al año, lo que supone no solo salvar, sino mejorar la calidad de vida de 50.000 pacientes», indica el director de la nueva planta de la multinacional que empieza a tomar forma en la nueva zona industrial del área metropolitana valenciana.

Bueno, en realidad, la forma ya la tiene tomada, ya que el edificio principal en el que se manufacturarán las válvulas cardíacas que la compañía comercializará por todo el continente europeo ha sido construido en menos de un año.

El 11 de octubre de 2024, en un acto por todo lo alto, Bernard Zovighian, CEO de Edwards Lifesciences, colocaba, junto a Diana Morant y Carlos Mazón, la primera piedra del gran proyecto de la firma sanitaria en Europa tras una inversión de 150 millones.

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Un año después era Víctor Palma, director del proyecto, quien abría a LAS PROVINCIAS las puertas de la planta. «Fuera de España siempre se habla de la cerámica o de la gastronomía de Valencia. Ahora también va a ser un referente en la medicina», comentaba orgulloso el dirigente.

Detalle de las válvulas J. Signes

Válvulas cosidas a mano con materiales bovinos

La apuesta de Edwards Lifesciences por la Comunitat es firme, con más de 150 millones de inversión. Sin embargo, para entender su proyecto es necesario comprender el tipo de producto que la compañía comercializa. Se trata de válvulas cardíacas elaboradas con tejidos bovinos, cuya principal función es corregir el funcionamiento de las válvulas del corazón que no trabajan correctamente, provocando síntomas que pueden ir desde la fatiga hasta las insuficiencias cardíacas en los pacientes afectados.

En la mayoría de casos, el mal funcionamiento de cualquier de las cuatro válvulas que conectan con el corazón provoca un trastorno denominado regurgitación, en el que la sangre bombeada en lugar de viajar hacia delante, lo hace hacia atrás.

Sin embargo, cada paciente es particular, por lo que la compañía cuenta con un extenso catálogo de productos para ajustarse a las necesidades de cada paciente, pero todos ellos son tejidos a mano de forma cuidadosa por los trabajadores, por lo que el proceso de fabricación es preciso.

Ese «ahora» está cada vez más cerca. De hecho, la firma mantiene la intención de comenzar a producir válvulas a partir de finales de 2026 o inicios de 2027, después de completar su primer hito con la construcción de la nave principal en menos de un año.

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Un total de 77 empresas han participado en la edificación de la planta, que contará con detalles característicos tanto en su estructura como en sus acabados para dotarla de identidad propia. Es una fábrica casi quirúrgica, sí, pero con personalidad. La inclusión de cerámica valenciana en los acabados del edificio o la apuesta por patios interiores que aporten luz a un entorno industrial son solo dos de esos aportes culturales que ponen de manifiesto que Edwards no está de paso por Moncada, sino que ha llegado para convertirse en una referencia a nivel regional e incluso estatal.

De hecho, Víctor Palma reconoce que «el talento humano» y «la calidad de las universidades» fueron dos aspectos fundamentales para la llegada de la multinacional estadounidense a la Comunitat.

Esa combinación se formalizó en los primeros procesos de selección de personal, en los que se requería profesionales sin experiencia para trabajar en la planta. Más de 2.000 valencianos se presentaron a las ofertas de la compañía, que ofrece formación y «empleo de calidad» una vez arranque la producción.

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La idea de Edwards es empezar la contratación del personal de fábrica a partir de enero de 2026 para iniciar el periodo de formación de entre 4 y 6 meses que permita contar con los mejores tejedores de válvulas cardíacas, ya que el proceso de elaboración es minucioso.

«Se trata de un proceso mecánico, por lo que los operadores rotarán de manera que no se produzcan fallos ergonómicos. Estudiamos cada puntada para ver la fuerza que utiliza cada trabajador y así evitar lesiones. Si somos una empresa que se preocupa por la salud, nos debemos preocupar por la de nuestros trabajadores», comenta el director de la planta, en la que está previsto que trabajen unos 1.200 empleados a mediados de 2027, cuando esté en pleno funcionamiento.

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Hasta entonces pueden seguir imaginando cuántas vidas serían capaces de salvar ustedes. Edwards parece que va en serio a por las 50.000 anuales.

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